La ironía es real.
Entras a un banco necesitando efectivo. Te ofrecen un préstamo de $2,000 extendido a 84 meses. Ah, y el interés? Un casual 28%. Porque, aparentemente, ayudarte tiene un costo adicional.
Ahora cambia el guión. Depositas tu dinero ganado con esfuerzo con ellos. De repente, son generosos con... ¿qué, 0.5% de interés anual? ¿Quizás 1% si tienes suerte?
La misma institución. Dos niveles de energía muy diferentes.
Es casi como si el sistema estuviera diseñado para extraer valor de ti mientras te devuelve migajas. Es increíble cómo funciona eso.
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