¿Los últimos años? Un viaje salvaje para la infraestructura de efectivo tokenizado. Las cadenas de bloques no son las bestias torpes que solían ser: las billeteras se volvieron más inteligentes, el análisis on-chain se volvió realmente legible y la seguridad se reforzó sin sacrificar la velocidad.

Avalanche, Ethereum, Solana—todos han mejorado su juego. Confirmaciones más rápidas, tarifas más bajas, mejores herramientas para desarrolladores. Luego tienes las Layer 2 como Arbitrum llegando con fuerza, resolviendo problemas de congestión que las capas base no pudieron resolver solas.

Lo que era experimental ahora ha sido probado en batalla. Las vías están ahí. La pregunta ya no es si la tecnología funciona; es quién construirá las aplicaciones killer encima.