El valor de una persona no debería ser definido por otros.
Deberíamos agradecer las malas experiencias pasadas, aunque nos hayan dejado heridas profundas, también nos han hecho despertar por completo.
No son solo notas al margen en nuestro camino de vida e inversión, son la piedra angular de nuestro éxito.
Cuando una persona realmente se vuelve fuerte, las heridas del pasado no son más que una insignificante marca en la medalla del vencedor.
Esto es lo mejor que podemos decirle adiós al pasado, y también la venganza más contundente contra los enemigos.
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El valor de una persona no debería ser definido por otros.
Deberíamos agradecer las malas experiencias pasadas, aunque nos hayan dejado heridas profundas, también nos han hecho despertar por completo.
No son solo notas al margen en nuestro camino de vida e inversión, son la piedra angular de nuestro éxito.
Cuando una persona realmente se vuelve fuerte, las heridas del pasado no son más que una insignificante marca en la medalla del vencedor.
Esto es lo mejor que podemos decirle adiós al pasado, y también la venganza más contundente contra los enemigos.