En el mercado de futuros, de cada diez personas que se liquidan, nueve no pierden por la tendencia del mercado, sino porque ni siquiera entienden las reglas del juego.

He visto demasiadas veces esta operación: la plataforma marca "apalancamiento 5x", tienes 10.000 USDT en la cuenta, y por un desliz abres una posición de 30.000 USDT. ¿Eso es 5x? ¡Estás bailando en la punta del cuchillo con un apalancamiento de decenas de veces! Si el mercado apenas estornuda, tu cuenta se va a cero antes de que puedas reaccionar.

¿Y cómo operan los que realmente saben jugar?

Ellos creen en una verdad absoluta: en los futuros, nunca se trata de suerte, sino de si sabes controlar el riesgo.

El momento en que te liquidas es, precisamente, el punto de partida para que otros empiecen a cosechar beneficios.

El ritmo de los expertos y los minoristas ni siquiera está en el mismo canal:

El experto pasa el 70% del tiempo observando, como un viejo pescador sentado en la orilla, esperando a que el pez grande muerda el anzuelo para atacar de una vez y acertar; ¿y la gente común? Ojalá pudieran estar pegados a la pantalla 24 horas, haciendo operaciones compulsivamente; cuanto más se mueven, más pierden, y todo el dinero termina siendo comisiones para la plataforma.

¿Quieres sobrevivir en este mercado? La clave son dos palabras: autocontrol.

Cuando los demás están muertos de miedo, tú mantienes la calma; cuando los demás se vuelven codiciosos, tú mantienes tus principios. Limita cada pérdida individual a menos del 5%, y cuando llegue el beneficio, no tengas prisa en guardarlo, deja que las ganancias corran solas: esa es la verdadera ley para sobrevivir a largo plazo.

¿Alguien dice que los futuros son solo una apuesta? Solo tiene razón a medias.

Los que apuestan son los que lanzan todo a ciegas con apalancamientos absurdos y, tras ganar dos veces por suerte, se suben a la nube; los verdaderos expertos se basan en disciplina de hierro y ventaja probabilística, solo así se puede obtener resultados consistentes.

Si uno se lanza solo y sin rumbo, tarde o temprano se estrellará; solo encontrando la dirección correcta y siguiendo el ritmo adecuado se puede llegar más lejos.