A principios de los años 90, cuando se construyó la World Wide Web por primera vez, los estándares HTTP incluían docenas de códigos de estado. Entre ellos se encuentra el 402 Payment Required—un código que se suponía que permitiría pagos nativos en la web.

Pero aquí está la cosa: nadie lo usó. Durante casi tres décadas, este código de estado poco conocido permaneció inactivo, esperando un mundo que no estaba listo.

Hoy, a medida que blockchain y protocolos descentralizados transforman la forma en que el valor se mueve en línea, ese viejo sueño empieza a tener sentido. Los pagos nativos ya no son un futuro—se están convirtiendo en infraestructura.