De la programación a la convicción: cómo un ingeniero construyó una fe de una década en Ethereum

Wesley no se apresuró a cambiar de coche ni a aumentar posiciones en el momento en que ETH volvió a subir a 4.350. En cambio, su primera acción fue deliberada: canjear una matrícula que había entregado en tiempos difíciles. “Los coches se pueden reemplazar, el capital se puede reconstruir, pero la integridad debe restaurarse primero”, dijo en voz baja. Esa pequeña pieza de metal no era una cuestión de vanidad; era una firma en una decisión de mercado bajista.

La historia de cómo llegó aquí abarca una década de movimientos calculados, desde abandonar la banca de inversión hasta gestionar un MVP de préstamos peer-to-peer construido con el SDK de Facebook, convertirse en un trader de arbitraje gestionando decenas de millones en AUM, hasta aprender que la verdadera acumulación de riqueza requería dejar ir los símbolos materiales. Hoy, con ETH a 2.93K$, su compromiso sigue intacto: “No voy a vender. Después de que alcance 10.000, depositaré en Aave o Compound, tomaré prestados algunos stablecoins y aún así no venderé.”

El Ingeniero Accidental: De las Finanzas al Código

La entrada de Wesley en la tecnología no fue planeada. Recientemente salido del mundo de la banca de inversión en Hong Kong, donde trabajaba como vendedor de bonos, se sentía más como un actor que como un profesional. “Soy naturalmente introvertido. La parte performativa de las finanzas tradicionales no me encajaba”, explicó. Así que volvió a casa y construyó algo que nadie le pidió: un sistema de préstamos basado en chatbots para estudiantes usando el SDK de Facebook.

El MVP era rudimentario según los estándares actuales—construido por alguien que llevaba apenas dos meses programando. Pero funcionaba. Descompuso el flujo de préstamos en lógica condicional y análisis de palabras clave, guiando a los usuarios a través de las transacciones por texto. Con solo unos pocos miembros en el equipo, la plataforma procesó aproximadamente 10 millones de RMB en volumen con unos 500-600 usuarios en dos a tres meses, alcanzando el punto de equilibrio. Sorprendentemente, no hubo ni un solo préstamo en mora.

Su motivación era personal: un origen familiar pobre, sueños de estudiar en el extranjero y un arrendador que no aceptaba tarjetas de crédito. “Me pregunté si podía haber una mejor manera para estudiantes como yo. Solo verifica tu ID y beca, y aprueba al instante.”

Cuando surgieron desacuerdos con su socio, la necesidad lo obligó a profundizar en la programación. “La empresa habría colapsado si no aprendía”, bromeó. La venta del proyecto ocurrió poco después, entregándole su primera acumulación de riqueza significativa.

La Desviación Australiana: Análisis Financiero de Día, Autoaprendizaje de Noche

Buscando unas vacaciones laborales, Wesley se mudó a Australia en 2016. Su título en finanzas lo encadenó a trabajos relacionados—un empleo en un banco comunitario que incluía contar efectivo en cajeros automáticos, analizar valoraciones de acciones y modelar fusiones. Sus colegas se iban a las 3 p.m.; él se quedaba hasta tarde, construyendo los cimientos de su carrera en ingeniería mediante autoestudio: estructuras de datos, algoritmos, sistemas operativos, todo a partir de cursos en línea y PDFs.

El plan era hacer un máster en EE.UU., pero la realidad intervino. Su currículum, a pesar de un año de experiencia en programación, enfrentaba rechazos repetidos. Tras dos años en Australia, habiendo acumulado unos 400,000 RMB, tomó una decisión: si realmente quería dominar la ingeniería, necesitaba volver al ecosistema tecnológico de China. Esa elección finalmente le abrió la puerta a Web3.

La Entrada en Cripto: Arbitraje de Tasa de Financiamiento y el Nacimiento de una Filosofía

La entrada formal de Wesley en las criptomonedas fue por un camino poco probable—unirse a una startup de seguros en Hong Kong en 2018, donde decenas de empleados despedidos de exchanges de cripto llenaron de repente la oficina con jerga blockchain. Para 2019, ya empezaba a asignar a ETH y Synthetix (SNX), un año antes de que explotara el verano DeFi.

Pero lo que realmente lo movilizó no fue el hype narrativo, sino una oportunidad concreta: el arbitraje de tasa de financiamiento. Trabajando con un colega, desarrolló un algoritmo que explotaba la diferencia de base entre los mercados spot y futuros perpetuos. A finales de 2020, ya estaba en marcha y generaba retornos anualizados del 80-90%.

“El problema era el capital”, recordó. Armado con un único PDF que explicaba la estrategia a profesionales de las finanzas tradicionales—banqueros de inversión, gestores de banca privada y personas con alto patrimonio—recaudó casi 10 millones de dólares en Hong Kong y Singapur. La estrategia entregó aproximadamente un 87% de retorno en su primer año.

Pero el éxito despertó curiosidad. “Estaba operando con APIs, pero no entendía realmente la blockchain debajo”, admitió. Así que dio un paso atrás en el trading, estudiando sistemáticamente la EVM: desde el Yellow Paper hasta Solidity, desde análisis de bytecode hasta escribir herramientas propias. Absorbió lecciones de los momentos más oscuros del mercado alcista 2020-2021—viendo cómo hacks importantes drenaban millones de proyectos en los que había trabajado, aprendiendo por las malas que los controles de multi-firma, los bloqueos temporales y la verificación de bytecode no eran opcionales.

La Decisión: Por qué Ethereum Gana a Través de la Verificabilidad

Para el verano DeFi de 2020-2021, Wesley ya se había inclinado hacia Ethereum, aunque no por las razones que la mayoría de los traders citan. Su respuesta era puramente técnica: “Es verificable.”

Su lógica es sencilla y elegante. Los contratos en EVM, una vez desplegados, se ejecutan según el código en la cadena. No necesitas confiar en el equipo—puedes leer el código fuente o el bytecode antes y tomar una decisión informada. “Para un ingeniero, eso es confianza”, dijo.

Cuando le preguntaron por el rendimiento y la capacidad de Solana, reconoció los méritos técnicos pero señaló una limitación crítica: “No puedes verificar la ejecución en la cadena como con EVM. Es más una caja negra.” Respecto a la narrativa de Bitcoin como reserva de valor, la respetaba como oro digital y admitía que un portafolio a largo plazo que combine BTC y ETH tenía sentido. “Pero para mí, casi todo es ETH. Llámalo sesgo profesional—Ethereum se siente como un sistema operativo. iOS, Android, EVM. Esa es la perspectiva que tengo.”

Esto no era una desestimación de otras cadenas; era una preferencia ponderada hacia lo que podía ser auditado, probado y reproducido.

La Claridad del Mercado Bajista: Vender símbolos, construir disciplina

Los excesos del mercado alcista también lo alcanzaron. En 2021, compró un NFT de Bored Ape Yacht Club por 35 ETH (valor 140 ETH en el pico), sin vender. Invirtió cientos de ETH en NFTs de Otherside con piezas raras de Koda y Azuki. El valor mínimo se desplomó casi de inmediato.

“Me di cuenta de que coleccionar estos símbolos para atraer a otros no me servía”, reflexionó. Cuando llegó el mercado bajista en 2022, vendió la villa en Sídney con vistas al mar, los coches deportivos (incluyendo el que llevaba su matrícula ETH10K), y trabajó temporalmente como nómada digital en Asia. “Me sentí bastante vacío en esa casa grande”, admitió. “El sudor de trabajar en una granja recogiendo manzanas—eso aclaró mi mente más que cualquier vista de lujo.”

En 2022, con Ethereum cayendo de 4.871 a 880, enfrentó una decisión: vender o comprometerse. “Alrededor de 800-900, consideré cortar pérdidas”, confesó. En cambio, pivotó hacia la disciplina: compras sistemáticas desde unos 1.200, acumulando en cada bajada. “A 1.000 seguí comprando. Si cae 50 dólares, lo trato como una caída y añado fondos.”

Liquidó cuentas de clientes externas—una decisión cristalizada por el colapso de FTX. “Si mi posición llega a cero, mis clientes no deberían sufrir ese riesgo de contraparte.” Su arbitraje de tasa de financiamiento, sin apalancamiento ni capital externo, aún genera aproximadamente un 10% de retorno anualizado hoy en día, complementado con trabajos de contrato escribiendo smart contracts y sistemas NFT.

La Matrícula como Metáfora: Verificabilidad extendida a la vida

El día que ETH superó los 4.350 este verano, Wesley canjeó la matrícula “ETH10K”. No como una ostentación, sino como una declaración: las creencias bajistas que mantenía siguen siendo válidas hoy.

Esto no fue emocional. Fue estructural. Así como confía en el código sobre las personas, confía en los principios sobre los sentimientos. Estrategias con bajo apalancamiento, no direccionales, con auditorías exhaustivas—esto no es cautela, es sostenibilidad. “De cara al futuro, los márgenes de arbitraje probablemente se comprimirán”, evaluó, “pero aún pueden obtenerse beneficios con volúmenes pequeños.”

No recluta a otros en cripto prometiendo multiplicar por 10. En cambio, comparte caminos de aprendizaje: empezar con el Bootcamp de Python de Udemy para hacer que el código funcione, luego pasar a “Introducción a Python” de O’Reilly para los fundamentos, y finalmente tomar la especialización en estructuras de datos de Coursera para consolidar la teoría. “Aprende a hacer primero, luego entiende por qué.”

La matrícula sigue siendo simbólica: un recordatorio de que cuando las subidas de precio amenazan con intoxicar el juicio, las luces de freno se encienden primero.