A pesar del sólido desempeño del mercado laboral en julio, las perspectivas económicas de Australia siguen nubladas por vientos en contra que podrían llevar al Banco de la Reserva de Australia a realizar más flexibilizaciones monetarias independientemente de la fortaleza de los datos de empleo. Según la economista jefe de EY Oceanía, Cherelle Murphy, esta dinámica contraintuitiva revela una brecha cada vez mayor entre la resistencia del empleo y el impulso económico general.
La situación del empleo parece alentadora en la superficie
El informe de empleo de julio en Australia mostró lo que muchos consideraron señales positivas: la tasa de desempleo bajó y las posiciones a tiempo completo continuaron su tendencia ascendente. En el papel, estas métricas sugieren un mercado laboral funcionando a pleno rendimiento. Sin embargo, Cherelle Murphy argumenta que las cifras principales de empleo por sí solas no serán el factor decisivo cuando el RBA se reúna para su decisión de política a finales de septiembre.
Por qué los datos sólidos de empleo podrían no importar para las tasas de interés
La desconexión proviene de una enfermedad económica más profunda. La inversión corporativa sigue siendo escasa, con las empresas reacias a comprometer capital para expandirse. Mientras tanto, los riesgos internacionales se ciernen en el horizonte, creando incertidumbre que reduce la confianza. Estos desafíos estructurales significan que el RBA podría mirar más allá de los datos favorables de empleo y seguir recortando tasas para estimular el crecimiento en otras áreas de la economía.
Es probable que haya más reducciones de tasas antes de fin de año
La evaluación de Cherelle Murphy sugiere que el banco central ve la necesidad de estímulos monetarios adicionales. Incluso con condiciones sólidas en el mercado laboral, los funcionarios reconocen que un gasto empresarial agresivo aportaría más potencia a la economía que simplemente mantener las tasas actuales. Este cálculo apunta a que otra ronda de recortes de tasas se materialice antes de que concluya 2024, independientemente de si la tasa de desempleo aumenta o si el crecimiento del empleo se estanca.
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Un sólido panorama laboral no necesariamente acelerará la línea de tiempo de recortes de tasas en Australia
A pesar del sólido desempeño del mercado laboral en julio, las perspectivas económicas de Australia siguen nubladas por vientos en contra que podrían llevar al Banco de la Reserva de Australia a realizar más flexibilizaciones monetarias independientemente de la fortaleza de los datos de empleo. Según la economista jefe de EY Oceanía, Cherelle Murphy, esta dinámica contraintuitiva revela una brecha cada vez mayor entre la resistencia del empleo y el impulso económico general.
La situación del empleo parece alentadora en la superficie
El informe de empleo de julio en Australia mostró lo que muchos consideraron señales positivas: la tasa de desempleo bajó y las posiciones a tiempo completo continuaron su tendencia ascendente. En el papel, estas métricas sugieren un mercado laboral funcionando a pleno rendimiento. Sin embargo, Cherelle Murphy argumenta que las cifras principales de empleo por sí solas no serán el factor decisivo cuando el RBA se reúna para su decisión de política a finales de septiembre.
Por qué los datos sólidos de empleo podrían no importar para las tasas de interés
La desconexión proviene de una enfermedad económica más profunda. La inversión corporativa sigue siendo escasa, con las empresas reacias a comprometer capital para expandirse. Mientras tanto, los riesgos internacionales se ciernen en el horizonte, creando incertidumbre que reduce la confianza. Estos desafíos estructurales significan que el RBA podría mirar más allá de los datos favorables de empleo y seguir recortando tasas para estimular el crecimiento en otras áreas de la economía.
Es probable que haya más reducciones de tasas antes de fin de año
La evaluación de Cherelle Murphy sugiere que el banco central ve la necesidad de estímulos monetarios adicionales. Incluso con condiciones sólidas en el mercado laboral, los funcionarios reconocen que un gasto empresarial agresivo aportaría más potencia a la economía que simplemente mantener las tasas actuales. Este cálculo apunta a que otra ronda de recortes de tasas se materialice antes de que concluya 2024, independientemente de si la tasa de desempleo aumenta o si el crecimiento del empleo se estanca.