Los observadores del mercado están siguiendo de cerca la trayectoria de la inflación en Corea del Sur de cara a los últimos meses de 2025, con economistas anticipando un cambio significativo en la postura monetaria del Banco de Corea. Análisis recientes de las principales instituciones financieras sugieren que el banco central se está preparando para aliviar las restricciones de política para reactivar el crecimiento económico, ya que las presiones de precios continúan su declive gradual.
Las últimas previsiones apuntan a que el IPC de Corea del Sur aumentará un 1,9% interanual en agosto, lo que representa una notable desaceleración respecto al 2,1% de julio. Esta desaceleración refleja una combinación de factores favorables y desafiantes que se desarrollan simultáneamente en toda la economía. Los precios del petróleo crudo han retrocedido desde sus picos, proporcionando un alivio bienvenido a las presiones inflacionarias más amplias. Sin embargo, contrarrestando este beneficio, hay vientos en contra por el aumento de los costos de las materias primas agrícolas que siguen presionando los precios al consumidor.
El panorama de la inflación se acerca a los niveles objetivo
De cara a fin de año, los estrategas de las principales firmas de valores esperan que la tasa de inflación de Corea del Sur se acerque al objetivo oficial del 2% del Banco de Corea para finales de 2025. Esta convergencia sugiere que las medidas de ajuste previas del banco central están dando el efecto deseado. Se proyecta que la expansión mensual del IPC en agosto sea de un modesto 0,2%, prácticamente estable en comparación con el rendimiento de julio y bien contenida.
El Banco de Corea parece estar en posición de responder a estas condiciones en mejora. Con la inflación tendiendo gradualmente hacia su zona de confort, los responsables de la política tienen margen para pivotar hacia medidas acomodaticias diseñadas para impulsar la actividad económica. Esta posible relajación de la política se alinearía con el doble mandato del banco central de estabilidad de precios y apoyo al crecimiento.
Los datos oficiales de inflación se publicarán el próximo martes, proporcionando al mercado cifras concretas para evaluar el camino a seguir. Hasta entonces, los inversores y analistas permanecen atentos a cualquier señal sobre la disposición del banco central para realizar ajustes en la política.
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El IPC de Corea del Sur se encamina a moderarse a medida que se avecina un cambio en la política
Los observadores del mercado están siguiendo de cerca la trayectoria de la inflación en Corea del Sur de cara a los últimos meses de 2025, con economistas anticipando un cambio significativo en la postura monetaria del Banco de Corea. Análisis recientes de las principales instituciones financieras sugieren que el banco central se está preparando para aliviar las restricciones de política para reactivar el crecimiento económico, ya que las presiones de precios continúan su declive gradual.
Las últimas previsiones apuntan a que el IPC de Corea del Sur aumentará un 1,9% interanual en agosto, lo que representa una notable desaceleración respecto al 2,1% de julio. Esta desaceleración refleja una combinación de factores favorables y desafiantes que se desarrollan simultáneamente en toda la economía. Los precios del petróleo crudo han retrocedido desde sus picos, proporcionando un alivio bienvenido a las presiones inflacionarias más amplias. Sin embargo, contrarrestando este beneficio, hay vientos en contra por el aumento de los costos de las materias primas agrícolas que siguen presionando los precios al consumidor.
El panorama de la inflación se acerca a los niveles objetivo
De cara a fin de año, los estrategas de las principales firmas de valores esperan que la tasa de inflación de Corea del Sur se acerque al objetivo oficial del 2% del Banco de Corea para finales de 2025. Esta convergencia sugiere que las medidas de ajuste previas del banco central están dando el efecto deseado. Se proyecta que la expansión mensual del IPC en agosto sea de un modesto 0,2%, prácticamente estable en comparación con el rendimiento de julio y bien contenida.
El Banco de Corea parece estar en posición de responder a estas condiciones en mejora. Con la inflación tendiendo gradualmente hacia su zona de confort, los responsables de la política tienen margen para pivotar hacia medidas acomodaticias diseñadas para impulsar la actividad económica. Esta posible relajación de la política se alinearía con el doble mandato del banco central de estabilidad de precios y apoyo al crecimiento.
Los datos oficiales de inflación se publicarán el próximo martes, proporcionando al mercado cifras concretas para evaluar el camino a seguir. Hasta entonces, los inversores y analistas permanecen atentos a cualquier señal sobre la disposición del banco central para realizar ajustes en la política.