La Ley de Claridad representa la última evolución en la forma en que EE. UU. aborda la regulación de activos digitales. Para entender su importancia, hay que remontarse al 21 de diciembre de 2000, cuando el presidente Bill Clinton firmó la Ley de Modernización de Futuros de Productos Básicos (CFMA) como parte de un paquete de asignaciones federales más amplio. Esa ley de 2000 básicamente se convirtió en el plan para cómo Estados Unidos manejaba los instrumentos financieros emergentes. Ahora, dos décadas después, la Ley de Claridad es esencialmente la reinterpretación en la era cripto de ese mismo marco regulatorio, diseñado para abordar realidades del mercado que no existían cuando se redactó la CFMA. Piénsalo como una modernización de reglas escritas para un mundo financiero diferente.