Un fenómeno interesante que vale la pena reflexionar: parece que el país es más fuerte, pero la billetera de la gente común no ha seguido el ritmo. Lo inverso también es válido: nación rica y pueblo pobre, o país fuerte y pueblo débil.

Haciendo referencia a Estados Unidos en la actualidad, la situación es realmente compleja. La deuda del gobierno federal ya ha alcanzado un máximo histórico, esto es un hecho ineludible. Pero al mismo tiempo, también se puede observar:

El mercado de valores ha establecido récords históricos varias veces. Algunas guerras exteriores prácticamente han terminado. La inflación está desacelerándose rápidamente, más rápido de lo que muchos esperaban. El crecimiento del PIB todavía es bueno. El control en las fronteras también se ha reforzado. La tasa de homicidios en todo el país ha bajado casi un 20%. Los precios de las viviendas están bajando, y también los precios del petróleo.

Desde esta perspectiva, los indicadores macroeconómicos son realmente buenos. Pero, ¿qué significan estos números para la gente común? Los precios de las viviendas han bajado, pero muchas personas todavía no pueden comprarlas. La caída en los precios del petróleo no significa que llenar el tanque sea mucho más barato. El mercado de valores ha subido, pero la mayoría de la gente no ha visto mucho beneficio.

Entonces surge la pregunta: si la prosperidad del país realmente llega a los bolsillos de cada uno, si todos tienen un poco más de dinero disponible, ¿no sería eso mucho más significativo? Quizás por eso, aunque los indicadores económicos sean impresionantes, la sensación de bienestar de la gente todavía a veces es tan limitada.