¿Alguna vez te has preguntado si ese proyecto de inversión realmente vale la pena? Dos métricas financieras clave pueden ayudarte a responder esta pregunta: el Valor Actual Neto (VAN) y la Tasa Interna de Retorno (TIR). Aunque ambas evalúan la rentabilidad, funcionan de formas muy diferentes. Este análisis profundo te mostrará cómo dominar ambas herramientas y aplicarlas correctamente en tus decisiones financieras.
El desafío de elegir entre VAN y TIR
Los inversores profesionales enfrentan constantemente un dilema: cuando comparan dos proyectos utilizando VAN y TIR, frecuentemente obtienen resultados que parecen contradictirse. Un proyecto podría tener un VAN superior pero una TIR menor que su competidor. Este conflicto aparente es precisamente lo que hace crucial entender a profundidad cómo funcionan ambos indicadores y cuándo confiar en cada uno.
Comprendiendo el Valor Actual Neto (VAN)
¿Qué es realmente el VAN?
El Valor Actual Neto es fundamentalmente una respuesta a una pregunta simple: ¿cuánto dinero extra generará esta inversión después de recuperar tu capital inicial?
Para calcularlo, tomas todos los flujos de efectivo que esperas recibir en el futuro, los ajustas al valor que tendrían hoy (considerando el paso del tiempo y el costo de oportunidad), y restas la cantidad que invertiste al principio.
La lógica es directa:
VAN positivo = tu inversión generará más dinero del que cuesta
VAN negativo = probablemente perderás dinero
VAN cero = ni ganas ni pierdes en términos reales
Cómo se calcula el VAN: más allá de la fórmula
La expresión matemática del VAN es:
VAN = (Flujo Año 1 / (1 + Tasa Descuento)¹) + (Flujo Año 2 / (1 + Tasa Descuento)²) + … + (Flujo Año N / (1 + Tasa Descuento)ⁿ) - Inversión Inicial
Desglosemos esto en términos prácticos:
Tasa de Descuento: Este es el porcentaje que utilizas para “traer al presente” los flujos futuros. Representa cuánto podrías ganar si invirtieras ese dinero en otra oportunidad similar. Si esperas ganar 10% en bonos del tesoro, ese sería un referente de tasa de descuento.
Flujos de Efectivo: Son tus estimaciones de dinero que recibirás cada año del proyecto. Estas no son números exactos, sino proyecciones basadas en análisis de mercado.
Período de Tiempo: Determina cuántos años durará tu análisis. Los flujos más lejanos tienen menos peso en la decisión porque el dinero presente siempre vale más que el futuro.
Ejemplo 1: Un proyecto rentable con VAN positivo
Imagina que una empresa evalúa un proyecto que requiere una inversión inicial de 10,000 dólares. Se espera que genere 4,000 dólares al cierre de cada año durante cinco años. La tasa de descuento es 10%.
El cálculo del valor presente para cada año sería:
Año 1: 4,000 / 1.10 = 3,636.36 dólares
Año 2: 4,000 / 1.21 = 3,305.79 dólares
Año 3: 4,000 / 1.331 = 3,005.26 dólares
Año 4: 4,000 / 1.464 = 2,732.06 dólares
Año 5: 4,000 / 1.611 = 2,483.02 dólares
Total de flujos presentes: 15,162.49 dólares
VAN = 15,162.49 - 10,000 = 2,162.49 dólares positivos
Este resultado indica que el proyecto es atractivo, pues generará casi 2,200 dólares más de valor que el capital invertido.
Ejemplo 2: Una inversión que no cierra
Supongamos un certificado de depósito que cuesta 5,000 dólares y promete pagar 6,000 dólares en tres años con tasa de interés anual del 8%.
El valor presente de los 6,000 dólares futuros es:
6,000 / (1.08)³ = 6,000 / 1.260 = 4,774.84 dólares
VAN = 4,774.84 - 5,000 = -225.16 dólares negativos
Este resultado sugiere rechazar la inversión, ya que los flujos futuros no compensan lo invertido hoy.
Las limitaciones que todo inversor debe conocer sobre el VAN
Aunque el VAN es ampliamente utilizado, presenta varias debilidades importantes:
La subjetividad de la tasa de descuento: El cálculo del VAN depende completamente de qué tasa de descuento elijas. Dos inversores podrían analizar el mismo proyecto con tasas de descuento diferentes y llegar a conclusiones opuestas. No existe una “tasa de descuento correcta” universal; es una estimación que refleja tu percepción del riesgo.
Asume certeza donde hay incertidumbre: El VAN trata tus proyecciones de flujos de efectivo como si fueran garantizadas. En realidad, son estimaciones sujetas a riesgos de mercado, competencia y cambios económicos que no se reflejan adecuadamente en el modelo.
Ignora la flexibilidad del proyecto: El VAN presume que todas las decisiones importantes se toman al inicio. No considera que durante la ejecución del proyecto podrías cambiar de estrategia, pausar operaciones o pivotar hacia nuevas oportunidades.
No compara proyectos de diferentes escalas equitativamente: Un proyecto pequeño podría tener un VAN menor que uno grande simplemente por diferencia de inversión inicial, aunque el pequeño fuera proporcionalmente más rentable.
Pasa por alto la inflación: Si la inflación futura es significativa, el VAN puede sobreestimar el valor real de los flujos futuros, especialmente en proyectos de largo plazo.
A pesar de estas limitaciones, el VAN sigue siendo una herramienta fundamental porque es relativamente sencilla de entender y proporciona un número en términos monetarios concretos que facilita comparaciones.
Descubriendo la Tasa Interna de Retorno (TIR)
¿Qué diferencia a la TIR del VAN?
Mientras que el VAN responde “¿cuánto dinero extra generaré?”, la TIR responde “¿a qué velocidad crecerá mi dinero?”. Técnicamente, la TIR es la tasa de descuento que hace que el VAN sea exactamente cero.
En términos prácticos: es el porcentaje de retorno anual que obtendrías de tu inversión durante su vida útil, expresado como un porcentaje.
Para evaluar si es atractiva, comparas la TIR con una tasa de referencia (como la rentabilidad de bonos del tesoro o tu costo de capital). Si la TIR supera esa referencia, el proyecto es rentable. Si está por debajo, rechazarlo.
Cómo se calcula la TIR: el concepto central
A diferencia del VAN que necesita una tasa de descuento externa, la TIR se calcula internamente. Es la tasa que iguala automáticamente el flujo de salida inicial con todos los flujos de entrada futuros.
La búsqueda de la TIR se hace típicamente mediante métodos iterativos (prueba y error o algoritmos computacionales) hasta encontrar la tasa exacta donde:
Inversión Inicial = (Flujo Año 1 / (1 + TIR)¹) + (Flujo Año 2 / (1 + TIR)²) + … + (Flujo Año N / (1 + TIR)ⁿ)
Las limitaciones críticas de la TIR que debes conocer
Múltiples soluciones posibles: En proyectos con flujos de efectivo no convencionales (donde hay salidas de dinero en años intermedios), puede haber más de una TIR o ninguna. Esto hace difícil saber cuál tasa es la “correcta”.
Asume reinversión perfecta: La TIR presupone que todos los flujos de efectivo positivos intermedios se reinvierten a la misma tasa de TIR. En la realidad, esto rara vez sucede, lo que puede llevar a sobrestimar los rendimientos reales.
No funciona con flujos irregulares: Si los flujos de efectivo varían significativamente año a año o hay cambios en la dirección de los flujos (positivo a negativo, nuevamente positivo), la TIR pierde confiabilidad o no existe.
Dependencia del contexto: La TIR de un proyecto no es independiente de otros factores. Cambios en tasas de mercado no afectan al número de TIR calculado, pero sí afectan su relevancia como herramienta de decisión.
No considera el tamaño de la inversión: Una TIR del 50% en un proyecto pequeño genera menos dinero en términos absolutos que una TIR del 20% en un proyecto grande. La TIR no captura esta diferencia de escala.
Cómo seleccionar la tasa de descuento adecuada
Esta decisión es crucial pues determina directamente tus resultados. Considera estos enfoques:
Costo de oportunidad: ¿Cuánto podrías ganar invirtiendo ese dinero en la mejor alternativa disponible con riesgo similar? Ese retorno es tu punto de partida.
Tasa libre de riesgo: Comienza con la rentabilidad de activos seguros como bonos del tesoro. Es tu piso de referencia.
Prima por riesgo: Añade un porcentaje adicional según cuán riesgoso sea el proyecto comparado con tu inversión de referencia.
Análisis del sector: Investiga qué tasas de descuento utilizan otros inversores en tu industria para mantener consistencia.
Tu experiencia e intuición: Después de analizar todo lo anterior, tu conocimiento del mercado y del proyecto específico debe informar la decisión final.
¿Qué hacer cuando VAN y TIR entran en conflicto?
Cuando estos indicadores dan señales contradictorias, la razón típicamente está en cómo interactúan las tasas de descuento con la estructura temporal de los flujos.
Escenario común: Un proyecto tiene TIR positiva pero VAN negativo. Esto ocurre cuando la tasa de descuento utilizada es alta, castigando severamente los flujos lejanos. En este caso, es prudente revisar si tu tasa de descuento es realista o si estás siendo demasiado conservador.
Acción recomendada: Analiza nuevamente las suposiciones subyacentes. ¿Las proyecciones de flujos son realistas? ¿La tasa de descuento refleja adecuadamente el riesgo del proyecto? Sensibiliza tu modelo: prueba diferentes tasas de descuento y ve cómo cambian tus conclusiones.
Diferencias fundamentales entre VAN y TIR
Aspecto
VAN
TIR
Qué mide
Valor monetario adicional generado
Porcentaje de retorno anual
Unidad de resultado
Dólares (o tu moneda)
Porcentaje (%)
Necesita tasa externa
Sí, requiere tasa de descuento
No, es autocalculada
Mejor para comparar
Proyectos del mismo tamaño
Proyectos de diferentes tamaños
Sensibilidad temporal
Castiga más flujos lejanos
Trata todos los flujos equitativamente
Interpretación
Positivo = rentable
Mayor que referencia = rentable
Cómo elegir tu indicador: una guía práctica
Usa principalmente VAN cuando:
Necesites una cifra en dinero concreto para presupuesto
Compares proyectos de escalas similares
Los flujos de efectivo sean relativamente convencionales
Quieras una medida del valor absoluto que se agregará a tu empresa
Confía más en TIR cuando:
Necesites comparar la eficiencia relativa de inversiones de diferentes tamaños
Los flujos sean predecibles y uniformes en patrón
Busques comunicar rendimientos en términos de porcentaje
Realices análisis de múltiples proyectos simultáneamente
En la práctica: La mayoría de inversores sofisticados utilizan ambos indicadores simultáneamente. El VAN proporciona la perspectiva de valor absoluto, mientras que la TIR ofrece la perspectiva de rentabilidad relativa.
Indicadores complementarios para análisis más robusto
Más allá de VAN y TIR, profesionales utilizan:
ROI (Retorno sobre la Inversión): Similar a TIR pero más simple, muestra ganancia neta como porcentaje de la inversión inicial
Payback Period: Cuántos años toma recuperar la inversión original
Índice de Rentabilidad: Divide el valor presente de flujos futuros entre la inversión inicial; mayor a 1 es bueno
Costo de Capital Ponderado (CPPC): Refleja el costo promedio de financiar tu proyecto, fundamental para establecer la tasa de descuento
Preguntas frecuentes sobre evaluación de inversiones
¿Qué significa cuando el VAN es cero?
Significa que el proyecto genera exactamente el retorno que esperabas (la tasa de descuento utilizada). Financieramente es indiferente, aunque podrías considerarlo marginalmente aceptable si otros factores lo favorecen.
¿Por qué dos analistas obtienen diferentes VAN para el mismo proyecto?
Casi siempre porque utilizan diferentes tasas de descuento, que reflejan distintas percepciones del riesgo o costo de capital.
¿Puedo usar TIR sin conocer la tasa de descuento?
Sí, esa es su ventaja. La TIR se autocomputa. Pero para interpretarla, necesitas compararla contra una tasa de referencia apropiada.
¿Qué proyecto debería elegir si tienen VAN positivos pero diferentes TIR?
Si ambos VAN son positivos, ambos agregan valor. Elige según el VAN absoluto si el tamaño es similar; si los tamaños difieren, considera también la TIR como medida de eficiencia.
¿Cómo afecta la inflación a estas métricas?
Ambas se ven afectadas si la tasa de descuento no incorpora adecuadamente la inflación esperada. Una inflación futura alta debería aumentar tu tasa de descuento.
Conclusiones para tu estrategia de inversión
El Valor Actual Neto y la Tasa Interna de Retorno no son herramientas opuestas, sino complementarias. Cada una responde a una pregunta diferente: el VAN te dice cuánto dinero extra obtendrás; la TIR te dice a qué velocidad crecerá tu capital.
Ambas dependen críticamente de estimaciones futuras de flujos de efectivo y tasas de descuento, introduciendo incertidumbre inherente a cualquier análisis financiero. Ninguna garantiza resultados reales.
Para tomar decisiones de inversión sólidas, considera TIR y VAN en conjunto, complementados con otros indicadores. Revisa siempre tus suposiciones subyacentes, sensibiliza tus modelos con diferentes escenarios, y evalúa factores cualitativos como alineación estratégica, capacidad de ejecución y tolerancia al riesgo.
Recuerda que estos son herramientas para informar tu decisión, no para reemplazar tu juicio. Proyectos con excelentes métricas financieras pueden fallar por ejecución deficiente, y oportunidades mediocres en los números pueden valer la pena por razones estratégicas.
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VAN y TIR: Herramientas esenciales para evaluar tus inversiones
¿Alguna vez te has preguntado si ese proyecto de inversión realmente vale la pena? Dos métricas financieras clave pueden ayudarte a responder esta pregunta: el Valor Actual Neto (VAN) y la Tasa Interna de Retorno (TIR). Aunque ambas evalúan la rentabilidad, funcionan de formas muy diferentes. Este análisis profundo te mostrará cómo dominar ambas herramientas y aplicarlas correctamente en tus decisiones financieras.
El desafío de elegir entre VAN y TIR
Los inversores profesionales enfrentan constantemente un dilema: cuando comparan dos proyectos utilizando VAN y TIR, frecuentemente obtienen resultados que parecen contradictirse. Un proyecto podría tener un VAN superior pero una TIR menor que su competidor. Este conflicto aparente es precisamente lo que hace crucial entender a profundidad cómo funcionan ambos indicadores y cuándo confiar en cada uno.
Comprendiendo el Valor Actual Neto (VAN)
¿Qué es realmente el VAN?
El Valor Actual Neto es fundamentalmente una respuesta a una pregunta simple: ¿cuánto dinero extra generará esta inversión después de recuperar tu capital inicial?
Para calcularlo, tomas todos los flujos de efectivo que esperas recibir en el futuro, los ajustas al valor que tendrían hoy (considerando el paso del tiempo y el costo de oportunidad), y restas la cantidad que invertiste al principio.
La lógica es directa:
Cómo se calcula el VAN: más allá de la fórmula
La expresión matemática del VAN es:
VAN = (Flujo Año 1 / (1 + Tasa Descuento)¹) + (Flujo Año 2 / (1 + Tasa Descuento)²) + … + (Flujo Año N / (1 + Tasa Descuento)ⁿ) - Inversión Inicial
Desglosemos esto en términos prácticos:
Tasa de Descuento: Este es el porcentaje que utilizas para “traer al presente” los flujos futuros. Representa cuánto podrías ganar si invirtieras ese dinero en otra oportunidad similar. Si esperas ganar 10% en bonos del tesoro, ese sería un referente de tasa de descuento.
Flujos de Efectivo: Son tus estimaciones de dinero que recibirás cada año del proyecto. Estas no son números exactos, sino proyecciones basadas en análisis de mercado.
Período de Tiempo: Determina cuántos años durará tu análisis. Los flujos más lejanos tienen menos peso en la decisión porque el dinero presente siempre vale más que el futuro.
Ejemplo 1: Un proyecto rentable con VAN positivo
Imagina que una empresa evalúa un proyecto que requiere una inversión inicial de 10,000 dólares. Se espera que genere 4,000 dólares al cierre de cada año durante cinco años. La tasa de descuento es 10%.
El cálculo del valor presente para cada año sería:
Total de flujos presentes: 15,162.49 dólares VAN = 15,162.49 - 10,000 = 2,162.49 dólares positivos
Este resultado indica que el proyecto es atractivo, pues generará casi 2,200 dólares más de valor que el capital invertido.
Ejemplo 2: Una inversión que no cierra
Supongamos un certificado de depósito que cuesta 5,000 dólares y promete pagar 6,000 dólares en tres años con tasa de interés anual del 8%.
El valor presente de los 6,000 dólares futuros es: 6,000 / (1.08)³ = 6,000 / 1.260 = 4,774.84 dólares
VAN = 4,774.84 - 5,000 = -225.16 dólares negativos
Este resultado sugiere rechazar la inversión, ya que los flujos futuros no compensan lo invertido hoy.
Las limitaciones que todo inversor debe conocer sobre el VAN
Aunque el VAN es ampliamente utilizado, presenta varias debilidades importantes:
La subjetividad de la tasa de descuento: El cálculo del VAN depende completamente de qué tasa de descuento elijas. Dos inversores podrían analizar el mismo proyecto con tasas de descuento diferentes y llegar a conclusiones opuestas. No existe una “tasa de descuento correcta” universal; es una estimación que refleja tu percepción del riesgo.
Asume certeza donde hay incertidumbre: El VAN trata tus proyecciones de flujos de efectivo como si fueran garantizadas. En realidad, son estimaciones sujetas a riesgos de mercado, competencia y cambios económicos que no se reflejan adecuadamente en el modelo.
Ignora la flexibilidad del proyecto: El VAN presume que todas las decisiones importantes se toman al inicio. No considera que durante la ejecución del proyecto podrías cambiar de estrategia, pausar operaciones o pivotar hacia nuevas oportunidades.
No compara proyectos de diferentes escalas equitativamente: Un proyecto pequeño podría tener un VAN menor que uno grande simplemente por diferencia de inversión inicial, aunque el pequeño fuera proporcionalmente más rentable.
Pasa por alto la inflación: Si la inflación futura es significativa, el VAN puede sobreestimar el valor real de los flujos futuros, especialmente en proyectos de largo plazo.
A pesar de estas limitaciones, el VAN sigue siendo una herramienta fundamental porque es relativamente sencilla de entender y proporciona un número en términos monetarios concretos que facilita comparaciones.
Descubriendo la Tasa Interna de Retorno (TIR)
¿Qué diferencia a la TIR del VAN?
Mientras que el VAN responde “¿cuánto dinero extra generaré?”, la TIR responde “¿a qué velocidad crecerá mi dinero?”. Técnicamente, la TIR es la tasa de descuento que hace que el VAN sea exactamente cero.
En términos prácticos: es el porcentaje de retorno anual que obtendrías de tu inversión durante su vida útil, expresado como un porcentaje.
Para evaluar si es atractiva, comparas la TIR con una tasa de referencia (como la rentabilidad de bonos del tesoro o tu costo de capital). Si la TIR supera esa referencia, el proyecto es rentable. Si está por debajo, rechazarlo.
Cómo se calcula la TIR: el concepto central
A diferencia del VAN que necesita una tasa de descuento externa, la TIR se calcula internamente. Es la tasa que iguala automáticamente el flujo de salida inicial con todos los flujos de entrada futuros.
La búsqueda de la TIR se hace típicamente mediante métodos iterativos (prueba y error o algoritmos computacionales) hasta encontrar la tasa exacta donde:
Inversión Inicial = (Flujo Año 1 / (1 + TIR)¹) + (Flujo Año 2 / (1 + TIR)²) + … + (Flujo Año N / (1 + TIR)ⁿ)
Las limitaciones críticas de la TIR que debes conocer
Múltiples soluciones posibles: En proyectos con flujos de efectivo no convencionales (donde hay salidas de dinero en años intermedios), puede haber más de una TIR o ninguna. Esto hace difícil saber cuál tasa es la “correcta”.
Asume reinversión perfecta: La TIR presupone que todos los flujos de efectivo positivos intermedios se reinvierten a la misma tasa de TIR. En la realidad, esto rara vez sucede, lo que puede llevar a sobrestimar los rendimientos reales.
No funciona con flujos irregulares: Si los flujos de efectivo varían significativamente año a año o hay cambios en la dirección de los flujos (positivo a negativo, nuevamente positivo), la TIR pierde confiabilidad o no existe.
Dependencia del contexto: La TIR de un proyecto no es independiente de otros factores. Cambios en tasas de mercado no afectan al número de TIR calculado, pero sí afectan su relevancia como herramienta de decisión.
No considera el tamaño de la inversión: Una TIR del 50% en un proyecto pequeño genera menos dinero en términos absolutos que una TIR del 20% en un proyecto grande. La TIR no captura esta diferencia de escala.
Cómo seleccionar la tasa de descuento adecuada
Esta decisión es crucial pues determina directamente tus resultados. Considera estos enfoques:
Costo de oportunidad: ¿Cuánto podrías ganar invirtiendo ese dinero en la mejor alternativa disponible con riesgo similar? Ese retorno es tu punto de partida.
Tasa libre de riesgo: Comienza con la rentabilidad de activos seguros como bonos del tesoro. Es tu piso de referencia.
Prima por riesgo: Añade un porcentaje adicional según cuán riesgoso sea el proyecto comparado con tu inversión de referencia.
Análisis del sector: Investiga qué tasas de descuento utilizan otros inversores en tu industria para mantener consistencia.
Tu experiencia e intuición: Después de analizar todo lo anterior, tu conocimiento del mercado y del proyecto específico debe informar la decisión final.
¿Qué hacer cuando VAN y TIR entran en conflicto?
Cuando estos indicadores dan señales contradictorias, la razón típicamente está en cómo interactúan las tasas de descuento con la estructura temporal de los flujos.
Escenario común: Un proyecto tiene TIR positiva pero VAN negativo. Esto ocurre cuando la tasa de descuento utilizada es alta, castigando severamente los flujos lejanos. En este caso, es prudente revisar si tu tasa de descuento es realista o si estás siendo demasiado conservador.
Acción recomendada: Analiza nuevamente las suposiciones subyacentes. ¿Las proyecciones de flujos son realistas? ¿La tasa de descuento refleja adecuadamente el riesgo del proyecto? Sensibiliza tu modelo: prueba diferentes tasas de descuento y ve cómo cambian tus conclusiones.
Diferencias fundamentales entre VAN y TIR
Cómo elegir tu indicador: una guía práctica
Usa principalmente VAN cuando:
Confía más en TIR cuando:
En la práctica: La mayoría de inversores sofisticados utilizan ambos indicadores simultáneamente. El VAN proporciona la perspectiva de valor absoluto, mientras que la TIR ofrece la perspectiva de rentabilidad relativa.
Indicadores complementarios para análisis más robusto
Más allá de VAN y TIR, profesionales utilizan:
Preguntas frecuentes sobre evaluación de inversiones
¿Qué significa cuando el VAN es cero? Significa que el proyecto genera exactamente el retorno que esperabas (la tasa de descuento utilizada). Financieramente es indiferente, aunque podrías considerarlo marginalmente aceptable si otros factores lo favorecen.
¿Por qué dos analistas obtienen diferentes VAN para el mismo proyecto? Casi siempre porque utilizan diferentes tasas de descuento, que reflejan distintas percepciones del riesgo o costo de capital.
¿Puedo usar TIR sin conocer la tasa de descuento? Sí, esa es su ventaja. La TIR se autocomputa. Pero para interpretarla, necesitas compararla contra una tasa de referencia apropiada.
¿Qué proyecto debería elegir si tienen VAN positivos pero diferentes TIR? Si ambos VAN son positivos, ambos agregan valor. Elige según el VAN absoluto si el tamaño es similar; si los tamaños difieren, considera también la TIR como medida de eficiencia.
¿Cómo afecta la inflación a estas métricas? Ambas se ven afectadas si la tasa de descuento no incorpora adecuadamente la inflación esperada. Una inflación futura alta debería aumentar tu tasa de descuento.
Conclusiones para tu estrategia de inversión
El Valor Actual Neto y la Tasa Interna de Retorno no son herramientas opuestas, sino complementarias. Cada una responde a una pregunta diferente: el VAN te dice cuánto dinero extra obtendrás; la TIR te dice a qué velocidad crecerá tu capital.
Ambas dependen críticamente de estimaciones futuras de flujos de efectivo y tasas de descuento, introduciendo incertidumbre inherente a cualquier análisis financiero. Ninguna garantiza resultados reales.
Para tomar decisiones de inversión sólidas, considera TIR y VAN en conjunto, complementados con otros indicadores. Revisa siempre tus suposiciones subyacentes, sensibiliza tus modelos con diferentes escenarios, y evalúa factores cualitativos como alineación estratégica, capacidad de ejecución y tolerancia al riesgo.
Recuerda que estos son herramientas para informar tu decisión, no para reemplazar tu juicio. Proyectos con excelentes métricas financieras pueden fallar por ejecución deficiente, y oportunidades mediocres en los números pueden valer la pena por razones estratégicas.