La comunidad ha explotado recientemente. Un insider del sector mencionó que otro viejo amigo se ha visto involucrado en una ola de investigaciones transfronterizas, con activos congelados, y que tras medio año de complicaciones logró salir completamente. A esto en la industria se le llama "pesca oceánica" — en pocas palabras, una investigación coordinada por autoridades multinacionales, que puede resultar en bloqueo de activos o incluso en control personal. Se dice que en esta ocasión el monto involucrado alcanza los cientos de millones de dólares.
Al analizar los datos, en los últimos tres años se han reportado públicamente más de 20 casos similares, de los cuales el 70% involucra sumas superiores a 100 millones de dólares. Para la primera mitad de 2024, los activos congelados a nivel global por revisiones regulatorias han aumentado un 180% interanualmente. Aunque el mercado de criptomonedas parece en auge, en realidad hay corrientes subterráneas en movimiento.
Pero más que los incidentes individuales, lo que merece mayor reflexión es el gran ajuste en las reglas del juego. Los signos en los últimos meses son bastante claros: la postura de la Reserva Federal está cambiando, EE. UU. ha comenzado a otorgar permisos de entrada para stablecoins, y el Reino Unido ha clasificado los activos criptográficos como bienes personales — todos estos son señales importantes. La estrategia regulatoria está evolucionando de una prohibición total a una gestión por categorías y delimitación de límites.
Esto plantea una cuestión: si las reglas cambian, ¿cómo debemos gestionar nuestros activos? ¿Es mejor evitarlos por completo para no arriesgarnos a la regulación, o adoptar proactivamente un nuevo sistema que sea compatible con las normativas? Ambas opciones parecen tener riesgos.
Algunos piensan que no hace falta elegir entre ambas. En lugar de reaccionar pasivamente, es mejor optar por un tipo de activo que cumpla con los requisitos regulatorios y que además mantenga la autonomía en la cadena. Por ejemplo, algunas stablecoins tienen un enfoque interesante: su lógica es construir una base de confianza en la era de la regulación mediante la transparencia en la cadena.
¿Y cómo hacerlo exactamente? Primero, la reserva debe ser completamente pública. Cada stablecoin respaldada por colaterales en exceso puede verificarse en tiempo real en la cadena, cumpliendo así con los requisitos de transparencia exigidos por las autoridades. Segundo, el diseño del mecanismo debe ser descentralizado, permitiendo a los usuarios tener control total sobre sus activos, sin riesgo de que una entidad centralizada pueda congelarlos o usurparlos.
Desde otra perspectiva, este modelo responde precisamente a las dos principales preocupaciones regulatorias: una, la trazabilidad del flujo de fondos (transparencia); y dos, la seguridad de que los activos no sean desviados para otros fines (seguridad). Este marco para stablecoins no solo se ajusta a la tendencia de cumplimiento, sino que también deja espacio para que los usuarios mantengan control total.
El futuro dependerá de quién pueda adaptarse más rápidamente a estas nuevas reglas del juego.
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GasWhisperer
· hace16h
Nah, toda esa idea de "transparencia en cadena = seguridad en cumplimiento"... no sé, amigo, los reguladores siempre encuentran lagunas. Sin embargo, los patrones en mempool no mienten, y tampoco el aumento del 180% en activos congelados lol
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MidnightGenesis
· hace16h
Los datos en la cadena muestran... como era de esperar, otra tanda ha sido congelada
Aquellos que desplegaron estos contratos de stablecoins en la madrugada, ya lo habían previsto
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GasFeeNightmare
· hace16h
La expresión de pesca oceánica es genial, ¡si sale solo cada medio año debe ser muy frustrante!
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ProofOfNothing
· hace16h
La expresión de pesca oceánica me da escalofríos... Menos mal que yo ya había diversificado mis inversiones.
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MEVictim
· hace16h
La pesca oceánica es realmente absurda, ¿seré yo el próximo?
La comunidad ha explotado recientemente. Un insider del sector mencionó que otro viejo amigo se ha visto involucrado en una ola de investigaciones transfronterizas, con activos congelados, y que tras medio año de complicaciones logró salir completamente. A esto en la industria se le llama "pesca oceánica" — en pocas palabras, una investigación coordinada por autoridades multinacionales, que puede resultar en bloqueo de activos o incluso en control personal. Se dice que en esta ocasión el monto involucrado alcanza los cientos de millones de dólares.
Al analizar los datos, en los últimos tres años se han reportado públicamente más de 20 casos similares, de los cuales el 70% involucra sumas superiores a 100 millones de dólares. Para la primera mitad de 2024, los activos congelados a nivel global por revisiones regulatorias han aumentado un 180% interanualmente. Aunque el mercado de criptomonedas parece en auge, en realidad hay corrientes subterráneas en movimiento.
Pero más que los incidentes individuales, lo que merece mayor reflexión es el gran ajuste en las reglas del juego. Los signos en los últimos meses son bastante claros: la postura de la Reserva Federal está cambiando, EE. UU. ha comenzado a otorgar permisos de entrada para stablecoins, y el Reino Unido ha clasificado los activos criptográficos como bienes personales — todos estos son señales importantes. La estrategia regulatoria está evolucionando de una prohibición total a una gestión por categorías y delimitación de límites.
Esto plantea una cuestión: si las reglas cambian, ¿cómo debemos gestionar nuestros activos? ¿Es mejor evitarlos por completo para no arriesgarnos a la regulación, o adoptar proactivamente un nuevo sistema que sea compatible con las normativas? Ambas opciones parecen tener riesgos.
Algunos piensan que no hace falta elegir entre ambas. En lugar de reaccionar pasivamente, es mejor optar por un tipo de activo que cumpla con los requisitos regulatorios y que además mantenga la autonomía en la cadena. Por ejemplo, algunas stablecoins tienen un enfoque interesante: su lógica es construir una base de confianza en la era de la regulación mediante la transparencia en la cadena.
¿Y cómo hacerlo exactamente? Primero, la reserva debe ser completamente pública. Cada stablecoin respaldada por colaterales en exceso puede verificarse en tiempo real en la cadena, cumpliendo así con los requisitos de transparencia exigidos por las autoridades. Segundo, el diseño del mecanismo debe ser descentralizado, permitiendo a los usuarios tener control total sobre sus activos, sin riesgo de que una entidad centralizada pueda congelarlos o usurparlos.
Desde otra perspectiva, este modelo responde precisamente a las dos principales preocupaciones regulatorias: una, la trazabilidad del flujo de fondos (transparencia); y dos, la seguridad de que los activos no sean desviados para otros fines (seguridad). Este marco para stablecoins no solo se ajusta a la tendencia de cumplimiento, sino que también deja espacio para que los usuarios mantengan control total.
El futuro dependerá de quién pueda adaptarse más rápidamente a estas nuevas reglas del juego.