Hablando de asignación de inversiones, las acciones y bonos son bien conocidos, pero muchos inversores pasan por alto un activo igualmente importante: las materias primas. Tienen alta liquidez, precios transparentes y están altamente relacionadas con los ciclos económicos, siendo prácticamente el “ancla” en la asignación de activos. Pero surge la pregunta: con tantas variedades de materias primas, ¿cuáles valen realmente la pena?
¿Qué abarca exactamente la categoría de materias primas?
Primero, entender un concepto básico: las materias primas no son productos de uso diario en pequeñas tiendas, sino bienes que circulan en grandes volúmenes, con propiedades de mercancía, utilizados en la producción industrial y consumo masivo. Su característica principal es una sola palabra: “grande” —oferta grande, demanda grande, circulación grande.
Actualmente, los principales tipos de materias primas que se negocian en el mercado se dividen en varios grupos:
Energía es la joya de la corona, incluyendo petróleo crudo, gasolina, fuel oil, gas natural, etc. Entre ellas, el petróleo crudo ocupa una posición especial, con cifras astronómicas en oferta y demanda, y permea todos los aspectos de la vida cotidiana —los envases de plástico provienen del petróleo downstream, las telas de ropa también, y el PVC para pisos y tuberías es igual. La gasolina, además, es esencial para desplazarse. Por eso, el petróleo crudo es conocido como el “rey de las materias primas”.
Metales industriales incluyen cobre, aluminio, plomo, zinc, mineral de hierro, etc., que son la sangre de la manufactura.
Metales preciosos como oro, plata, paladio y platino, se caracterizan por no ser fáciles de deteriorar, y poseen propiedades de conservación de valor y cobertura contra riesgos, siendo tradicionalmente considerados refugios seguros para los inversores.
Productos agrícolas abarcan soja, maíz, trigo, entre otros cereales cultivados globalmente. Los productos blandos incluyen azúcar, algodón, café, y los productos ganaderos son carne de cerdo, carne de vacuno, etc.
¿Qué 6 tipos de productos deberían captar la atención de los inversores?
No todas las materias primas son aptas para invertir. Por ejemplo, aunque la electricidad tiene una demanda elevada, por restricciones regionales y la imposibilidad de comerciar a través de fronteras, no resulta atractiva para los minoristas. Entonces, ¿qué constituye un “buen producto”?
Primero, la liquidez debe ser suficiente
El activo necesita contar con suficiente participación de fondos para garantizar una formación de precios efectiva y que no sea fácilmente manipulado. Petróleo, cobre, oro, soja, maíz cumplen con estos requisitos.
Segundo, un sistema de fijación de precios global completo
El producto cotiza en varias bolsas a nivel mundial, y los inversores en diferentes regiones pueden comerciar a precios unificados. El petróleo y el oro son ejemplos: las cotizaciones en Nueva York, Londres y Shanghái son básicamente sincronizadas.
Tercero, bajos costos de almacenamiento y transporte
Que no se vean afectados por restricciones regionales o climáticas, facilitando su conservación y circulación. En este aspecto, los metales minerales y los cereales funcionan bien.
Cuarto, alto grado de estandarización del producto
Independientemente de dónde se produzca, la certificación de calidad es uniforme y controlada. La pureza del oro, el grado API del petróleo, todos cumplen con estándares internacionales, evitando disputas sobre calidad.
Quinto, demanda estable y amplia a largo plazo
Hay una demanda continua en todo el mundo. Petróleo, gas natural, trigo, soja, son bienes de primera necesidad.
Sexto, información fundamental fácilmente accesible
Los inversores pueden obtener datos clave sobre oferta, demanda y entorno macroeconómico sin estar en la oscuridad.
Resumiendo estos 6 aspectos, los productos más destacados en el mercado son: petróleo crudo, cobre, aluminio, oro, plata, soja, maíz, azúcar y algodón.
¿Cuándo es el mejor momento para intervenir en las materias primas?
Dado que las materias primas son productos con precios globales, cuando los principales ciclos económicos mundiales entran en “resonancia”, la fuerza impulsora es más fuerte. Tras la pandemia de 2020, los bancos centrales adoptaron políticas de flexibilización cuantitativa, inundando el mercado de liquidez, y se produjo la situación de “más dinero que bienes”, seguida por una subida generalizada de las materias primas. Los inversores que entraron en ese período obtuvieron grandes ganancias.
¿Cómo participar en inversiones en materias primas?
En la práctica, hay dos caminos principales: uno es la inversión en bienes físicos (compra y venta de productos, inversión en minas), y el otro, en derivados (futuros, opciones). Para la mayoría de los minoristas, los futuros de materias primas son la opción más sencilla de operar.
Cada contrato de futuros corresponde a un activo subyacente claro —el futuro del petróleo corresponde al petróleo, el futuro del cobre al cobre. Pero lo clave es entender el mecanismo de vencimiento del contrato: el precio de futuros se basa en el precio spot del activo en la fecha de vencimiento del contrato. En pocas palabras, necesitas predecir cuál será el precio spot en esa fecha para tomar decisiones de trading.
Los dos aspectos centrales para participar en futuros son:
Análisis fundamental — estudiar el entorno macroeconómico, la oferta y demanda del sector. Esto determina la dirección y magnitud del movimiento de precios. Por ejemplo, la reducción de producción por parte de OPEP elevará los precios del petróleo, y fenómenos como El Niño afectarán los precios de los productos agrícolas.
Análisis técnico — usar gráficos e indicadores para determinar tendencias a corto plazo y puntos de entrada. Pero confiar solo en análisis técnico puede ser peligroso — no puedes saber cuánto durará la tendencia ni cuánto puede subir.
El verdadero ganador combina ambos: deja que el análisis fundamental confirme la dirección general, y usa el técnico para precisar los puntos de entrada y salida. Así, se aumenta la tasa de acierto y se controlan mejor los riesgos.
Palabras finales
Las materias primas no son solo productos, sino un proceso de redefinición de precios en toda la cadena industrial global. En lugar de seguir ciegamente la tendencia, es mejor aprender a seleccionar activos con buena liquidez, precios transparentes y que estén impulsados por fundamentos sólidos, combinando análisis fundamental y técnico para operar. Los productos como petróleo, cobre, aluminio, oro, plata, soja, maíz, azúcar y algodón merecen una investigación profunda.
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¿Cómo elegir las materias primas? Domina estos 6 aspectos para encontrar fácilmente las variedades que vale la pena comprar
Hablando de asignación de inversiones, las acciones y bonos son bien conocidos, pero muchos inversores pasan por alto un activo igualmente importante: las materias primas. Tienen alta liquidez, precios transparentes y están altamente relacionadas con los ciclos económicos, siendo prácticamente el “ancla” en la asignación de activos. Pero surge la pregunta: con tantas variedades de materias primas, ¿cuáles valen realmente la pena?
¿Qué abarca exactamente la categoría de materias primas?
Primero, entender un concepto básico: las materias primas no son productos de uso diario en pequeñas tiendas, sino bienes que circulan en grandes volúmenes, con propiedades de mercancía, utilizados en la producción industrial y consumo masivo. Su característica principal es una sola palabra: “grande” —oferta grande, demanda grande, circulación grande.
Actualmente, los principales tipos de materias primas que se negocian en el mercado se dividen en varios grupos:
Energía es la joya de la corona, incluyendo petróleo crudo, gasolina, fuel oil, gas natural, etc. Entre ellas, el petróleo crudo ocupa una posición especial, con cifras astronómicas en oferta y demanda, y permea todos los aspectos de la vida cotidiana —los envases de plástico provienen del petróleo downstream, las telas de ropa también, y el PVC para pisos y tuberías es igual. La gasolina, además, es esencial para desplazarse. Por eso, el petróleo crudo es conocido como el “rey de las materias primas”.
Metales industriales incluyen cobre, aluminio, plomo, zinc, mineral de hierro, etc., que son la sangre de la manufactura.
Metales preciosos como oro, plata, paladio y platino, se caracterizan por no ser fáciles de deteriorar, y poseen propiedades de conservación de valor y cobertura contra riesgos, siendo tradicionalmente considerados refugios seguros para los inversores.
Productos agrícolas abarcan soja, maíz, trigo, entre otros cereales cultivados globalmente. Los productos blandos incluyen azúcar, algodón, café, y los productos ganaderos son carne de cerdo, carne de vacuno, etc.
¿Qué 6 tipos de productos deberían captar la atención de los inversores?
No todas las materias primas son aptas para invertir. Por ejemplo, aunque la electricidad tiene una demanda elevada, por restricciones regionales y la imposibilidad de comerciar a través de fronteras, no resulta atractiva para los minoristas. Entonces, ¿qué constituye un “buen producto”?
Primero, la liquidez debe ser suficiente
El activo necesita contar con suficiente participación de fondos para garantizar una formación de precios efectiva y que no sea fácilmente manipulado. Petróleo, cobre, oro, soja, maíz cumplen con estos requisitos.
Segundo, un sistema de fijación de precios global completo
El producto cotiza en varias bolsas a nivel mundial, y los inversores en diferentes regiones pueden comerciar a precios unificados. El petróleo y el oro son ejemplos: las cotizaciones en Nueva York, Londres y Shanghái son básicamente sincronizadas.
Tercero, bajos costos de almacenamiento y transporte
Que no se vean afectados por restricciones regionales o climáticas, facilitando su conservación y circulación. En este aspecto, los metales minerales y los cereales funcionan bien.
Cuarto, alto grado de estandarización del producto
Independientemente de dónde se produzca, la certificación de calidad es uniforme y controlada. La pureza del oro, el grado API del petróleo, todos cumplen con estándares internacionales, evitando disputas sobre calidad.
Quinto, demanda estable y amplia a largo plazo
Hay una demanda continua en todo el mundo. Petróleo, gas natural, trigo, soja, son bienes de primera necesidad.
Sexto, información fundamental fácilmente accesible
Los inversores pueden obtener datos clave sobre oferta, demanda y entorno macroeconómico sin estar en la oscuridad.
Resumiendo estos 6 aspectos, los productos más destacados en el mercado son: petróleo crudo, cobre, aluminio, oro, plata, soja, maíz, azúcar y algodón.
¿Cuándo es el mejor momento para intervenir en las materias primas?
Dado que las materias primas son productos con precios globales, cuando los principales ciclos económicos mundiales entran en “resonancia”, la fuerza impulsora es más fuerte. Tras la pandemia de 2020, los bancos centrales adoptaron políticas de flexibilización cuantitativa, inundando el mercado de liquidez, y se produjo la situación de “más dinero que bienes”, seguida por una subida generalizada de las materias primas. Los inversores que entraron en ese período obtuvieron grandes ganancias.
¿Cómo participar en inversiones en materias primas?
En la práctica, hay dos caminos principales: uno es la inversión en bienes físicos (compra y venta de productos, inversión en minas), y el otro, en derivados (futuros, opciones). Para la mayoría de los minoristas, los futuros de materias primas son la opción más sencilla de operar.
Cada contrato de futuros corresponde a un activo subyacente claro —el futuro del petróleo corresponde al petróleo, el futuro del cobre al cobre. Pero lo clave es entender el mecanismo de vencimiento del contrato: el precio de futuros se basa en el precio spot del activo en la fecha de vencimiento del contrato. En pocas palabras, necesitas predecir cuál será el precio spot en esa fecha para tomar decisiones de trading.
Los dos aspectos centrales para participar en futuros son:
Análisis fundamental — estudiar el entorno macroeconómico, la oferta y demanda del sector. Esto determina la dirección y magnitud del movimiento de precios. Por ejemplo, la reducción de producción por parte de OPEP elevará los precios del petróleo, y fenómenos como El Niño afectarán los precios de los productos agrícolas.
Análisis técnico — usar gráficos e indicadores para determinar tendencias a corto plazo y puntos de entrada. Pero confiar solo en análisis técnico puede ser peligroso — no puedes saber cuánto durará la tendencia ni cuánto puede subir.
El verdadero ganador combina ambos: deja que el análisis fundamental confirme la dirección general, y usa el técnico para precisar los puntos de entrada y salida. Así, se aumenta la tasa de acierto y se controlan mejor los riesgos.
Palabras finales
Las materias primas no son solo productos, sino un proceso de redefinición de precios en toda la cadena industrial global. En lugar de seguir ciegamente la tendencia, es mejor aprender a seleccionar activos con buena liquidez, precios transparentes y que estén impulsados por fundamentos sólidos, combinando análisis fundamental y técnico para operar. Los productos como petróleo, cobre, aluminio, oro, plata, soja, maíz, azúcar y algodón merecen una investigación profunda.