¿Esa moneda DOGE que tienes en tu cartera, ahora cuánto ha valorado? Desde poder comprar una taza de Starbucks, hasta cambiar por accesorios limitados de Tesla, e incluso rumores de poder abrir la puerta de un Ferrari con ella—este antiguo chiste del mundo cripto, ha logrado, gracias a una atención constante, entrar en la vista de pagos reales. Aunque en toda la red se le ridiculiza sin parar, ha ido confirmando paso a paso una verdad mágica: que el consenso en sí mismo puede ser la fuerza de soporte más poderosa.

Todos saben quién está detrás de esto. Cuando un tuit de Elon Musk puede provocar una tendencia en toda la red, y cuando sus movimientos con dinero real se amplifican sin límites, DOGE parece activarse como una contraseña de tráfico. Pero cuánto puede durar ese tráfico, esta vez realmente hay que ponerle un signo de interrogación.

El sonido de las máquinas de minería cuenta otra historia. Cada fluctuación en la potencia de cálculo de toda la red y en las ganancias de minería, en realidad, es un proceso en el que un grupo de personas abandona y otro vuelve a redistribuir la torta. Este punto es bastante delicado—DOGE está en una encrucijada, con un lado el sello de "activo legal" que Japón acaba de poner, y la narrativa de X Payments todavía flotando en el aire; y por otro lado, los 50 millones de monedas nuevas que se emiten cada año, y con una capitalización de mercado de 200 mil millones, esa velocidad de emisión es como un cubo de agua que se va llenando continuamente desde arriba.

La leyenda de "mil veces en una noche" se vuelve cada vez más difícil de lograr con este volumen. La cuestión se reduce a dos puntos clave: si Elon Musk tendrá acciones concretas para sostener esta narrativa, y si los participantes del mercado podrán mantener el consenso bajo la presión de la emisión adicional. Cuando cada retuit y cada discusión parecen una apuesta, cuánto tiempo podrá durar esta fiesta emocional sigue siendo un misterio.