El rendimiento financiero de Arbitrum es impresionante: los ingresos anuales superan los 50 millones de dólares, con un margen de beneficio del 97.8%. Lo que resulta aún más llamativo es el tamaño de su tesorería, con reservas no ARB de 200 millones de dólares, y el TVL ecológico se sitúa en 17 mil millones de dólares. Sin embargo, detrás de este informe hay un problema real: los titulares de tokens ARB prácticamente no han obtenido una parte. No hay un mecanismo de distribución de ingresos, no hay ingresos de staking, e incluso la captura de valor más básica es irrelevante. El único derecho es participar en la votación de gobernanza, lo cual suena bien, pero en realidad, los titulares que participan realmente son menos del 0.01% del total. El protocolo sigue creando valor continuamente, pero el papel del token sigue siendo confuso. Esto refleja el problema común en el diseño de tokens de muchos proyectos L2 actuales: cómo encontrar un equilibrio entre incentivar a la comunidad y retener el apalancamiento económico.
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ImpermanentPhobia
· 12-21 20:53
Diseño típico de moneda scam, los números pueden ser bonitos, pero los poseedores de la moneda son los que toman a la gente por tonta.
El rendimiento financiero de Arbitrum es impresionante: los ingresos anuales superan los 50 millones de dólares, con un margen de beneficio del 97.8%. Lo que resulta aún más llamativo es el tamaño de su tesorería, con reservas no ARB de 200 millones de dólares, y el TVL ecológico se sitúa en 17 mil millones de dólares. Sin embargo, detrás de este informe hay un problema real: los titulares de tokens ARB prácticamente no han obtenido una parte. No hay un mecanismo de distribución de ingresos, no hay ingresos de staking, e incluso la captura de valor más básica es irrelevante. El único derecho es participar en la votación de gobernanza, lo cual suena bien, pero en realidad, los titulares que participan realmente son menos del 0.01% del total. El protocolo sigue creando valor continuamente, pero el papel del token sigue siendo confuso. Esto refleja el problema común en el diseño de tokens de muchos proyectos L2 actuales: cómo encontrar un equilibrio entre incentivar a la comunidad y retener el apalancamiento económico.