El Año Nuevo Chino de 1976, tanto la temperatura como la realidad hacían que la gente se sintiera aterrorizada.
En aquella fría noche de invierno, el cielo estaba oscurecido por las estrellas, y afuera de la residencia del Presidente Mao en la piscina de Zhongnanhai reinaba la penumbra. Solo una fila ordenada de farolas brillaba con una luz tenue. Aquí, además del triste sonido del viento, no se escuchaba nada más. La noche de la víspera de Año Nuevo, la piscina estaba tan solitaria y desolada. El presidente Mao no tenía invitados aquí, ni familiares propios, solo unos pocos colaboradores a su lado que le acompañaron para pasar su último Año Nuevo.
#毛泽东 #Fanghua #Huang Xuan
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El Año Nuevo Chino de 1976, tanto la temperatura como la realidad hacían que la gente se sintiera aterrorizada.
En aquella fría noche de invierno, el cielo estaba oscurecido por las estrellas, y afuera de la residencia del Presidente Mao en la piscina de Zhongnanhai reinaba la penumbra. Solo una fila ordenada de farolas brillaba con una luz tenue. Aquí, además del triste sonido del viento, no se escuchaba nada más. La noche de la víspera de Año Nuevo, la piscina estaba tan solitaria y desolada.
El presidente Mao no tenía invitados aquí, ni familiares propios, solo unos pocos colaboradores a su lado que le acompañaron para pasar su último Año Nuevo.
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