En los últimos días de negociación, el mercado ha estado lleno de temor ante el aumento de tasas en Japón. Muchos inversores creen firmemente que, una vez que el Banco Central de Japón suba las tasas, se desencadenará un colapso en cadena de los precios de los activos globales — la razón es sencilla: en los últimos diez años, el yen ha sido la principal moneda de financiación en operaciones de carry trade a nivel mundial, suministrando liquidez continuamente a los mercados de capital globales. Si este “grifo” se cierra de repente, las consecuencias serían impredecibles.
Esta lógica parece válida en apariencia. Japón ha mantenido una política de tasas ultra bajas durante mucho tiempo, lo que ha llevado a empresas e inversores a financiarse en Japón a costos extremadamente bajos (alrededor del 0.5%) y luego invertir estos yenes baratos en activos de alto rendimiento — como bonos estadounidenses con rentabilidad superior al 4%, acciones estadounidenses, tecnológicas, etc. Este volumen de operaciones de carry trade es enorme, estimándose en tres o cuatro billones de dólares, y si se invierte en sentido contrario, podría impactar significativamente en los mercados globales.
A mediados de diciembre, cuando el Banco Central de Japón emitió señales de una subida moderada de tasas, el mercado reaccionó inmediatamente: BTC cayó de 93,000 dólares a 85,000 dólares, generando pánico en ese momento. Pero lo notable es que este pánico duró solo un día y luego se calmó, lo cual en sí mismo revela el problema.
El núcleo del problema: ¿quién está liderando este aumento de tasas?
A simple vista, parece que el Banco Central de Japón está subiendo las tasas de forma proactiva, pero en realidad, hay otros actores detrás. La decisión de subir las tasas ha sido liderada por el Departamento del Tesoro de EE. UU., y no por una elección activa del gobierno japonés.
La política económica de Japón se basa en la “Abenomics”, cuyo núcleo es la política de tasas bajas y estímulo con bajos intereses. La junta directiva, encabezada por el gobernador del Banco de Japón, Ueda Kazuo, no promueve activamente un aumento agresivo de tasas. Es la presión del Tesoro estadounidense y la gestión de la liquidez global lo que ha impulsado al Banco de Japón a tomar esta medida.
Este es un detalle crucial: no se trata de una decisión unilateral de Japón, sino de una coordinación de política monetaria global liderada por EE. UU.
La lógica profunda de la gestión de liquidez
El Federal Reserve (Fed) inició en diciembre la expansión de su balance, comenzando a liberar liquidez. Al mismo tiempo, el yen se ha estado ajustando para restringir la oferta de liquidez. Estos dos movimientos aparentemente contradictorios en realidad conforman un mecanismo sofisticado de “balanza de palancas” de liquidez.
Desde 2022 hasta 2024, la Fed ha estado en un ciclo de aumento de tasas, mientras que Japón ha mantenido tasas bajas, proporcionando una fuente constante de liquidez global. Durante este período, las acciones en EE. UU. continuaron en una fuerte tendencia alcista, sustentadas en el carry trade en yenes.
De 2025 a 2028, la Fed entrará en un ciclo de liberación de liquidez, mientras que Japón necesitará ajustar la restricción de liquidez para mantener la estabilidad del tipo de cambio. Es una estrategia planificada de gestión de liquidez, diseñada para evitar que los activos globales se inflen excesivamente en un entorno de relajación monetaria, minimizando riesgos sistémicos.
En resumen, el aumento de tasas en yenes no es un evento de “cisne negro” fuera de control, sino el resultado de una coordinación entre bancos centrales a nivel global.
¿Qué puede suceder a continuación?
Se espera que en 2026 Japón continúe con una postura de aumento moderado de tasas (con un discurso firme pero acciones suaves), mientras que la Reserva Federal mantendrá un ritmo cauteloso de reducción de tasas (prometiendo bajarlas, pero sin hacerlo demasiado rápido). Este ritmo de “una pausa y una tensión” puede gestionar con precisión las expectativas del mercado de capital global, manteniendo un crecimiento estable, pero sin acumular burbujas por subidas demasiado rápidas.
Datos actuales
El precio actual de BTC ronda los 85.63K dólares, con una variación en 24 horas de -0.44%; ETH se comporta ligeramente mejor, cotizando a 2.83K dólares, con un aumento del 0.42%. Esta diferenciación refleja una recuperación de la racionalidad del mercado: tras la calma tras la pánico a corto plazo, los inversores vuelven a analizar los fundamentos y la lógica a largo plazo.
La advertencia final
Muchos, impulsados por el pánico, intentan vender activos rápidamente, sin saber que ese es precisamente el momento más peligroso. Cuando el mercado ruge y llueve, aquellos inversores que se apresuran a salir descubrirán que ya no podrán volver a comprar. La restricción de liquidez global es ordenada y controlada, muy lejos de la intensidad que el mercado anticipaba inicialmente. La verdadera oportunidad suele aparecer cuando todos están en pánico.
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Detrás de la ola de aumento de tasas del yen: la cuidadosa regulación de la liquidez global
¿De qué tiene miedo el mercado?
En los últimos días de negociación, el mercado ha estado lleno de temor ante el aumento de tasas en Japón. Muchos inversores creen firmemente que, una vez que el Banco Central de Japón suba las tasas, se desencadenará un colapso en cadena de los precios de los activos globales — la razón es sencilla: en los últimos diez años, el yen ha sido la principal moneda de financiación en operaciones de carry trade a nivel mundial, suministrando liquidez continuamente a los mercados de capital globales. Si este “grifo” se cierra de repente, las consecuencias serían impredecibles.
Esta lógica parece válida en apariencia. Japón ha mantenido una política de tasas ultra bajas durante mucho tiempo, lo que ha llevado a empresas e inversores a financiarse en Japón a costos extremadamente bajos (alrededor del 0.5%) y luego invertir estos yenes baratos en activos de alto rendimiento — como bonos estadounidenses con rentabilidad superior al 4%, acciones estadounidenses, tecnológicas, etc. Este volumen de operaciones de carry trade es enorme, estimándose en tres o cuatro billones de dólares, y si se invierte en sentido contrario, podría impactar significativamente en los mercados globales.
A mediados de diciembre, cuando el Banco Central de Japón emitió señales de una subida moderada de tasas, el mercado reaccionó inmediatamente: BTC cayó de 93,000 dólares a 85,000 dólares, generando pánico en ese momento. Pero lo notable es que este pánico duró solo un día y luego se calmó, lo cual en sí mismo revela el problema.
El núcleo del problema: ¿quién está liderando este aumento de tasas?
A simple vista, parece que el Banco Central de Japón está subiendo las tasas de forma proactiva, pero en realidad, hay otros actores detrás. La decisión de subir las tasas ha sido liderada por el Departamento del Tesoro de EE. UU., y no por una elección activa del gobierno japonés.
La política económica de Japón se basa en la “Abenomics”, cuyo núcleo es la política de tasas bajas y estímulo con bajos intereses. La junta directiva, encabezada por el gobernador del Banco de Japón, Ueda Kazuo, no promueve activamente un aumento agresivo de tasas. Es la presión del Tesoro estadounidense y la gestión de la liquidez global lo que ha impulsado al Banco de Japón a tomar esta medida.
Este es un detalle crucial: no se trata de una decisión unilateral de Japón, sino de una coordinación de política monetaria global liderada por EE. UU.
La lógica profunda de la gestión de liquidez
El Federal Reserve (Fed) inició en diciembre la expansión de su balance, comenzando a liberar liquidez. Al mismo tiempo, el yen se ha estado ajustando para restringir la oferta de liquidez. Estos dos movimientos aparentemente contradictorios en realidad conforman un mecanismo sofisticado de “balanza de palancas” de liquidez.
Desde 2022 hasta 2024, la Fed ha estado en un ciclo de aumento de tasas, mientras que Japón ha mantenido tasas bajas, proporcionando una fuente constante de liquidez global. Durante este período, las acciones en EE. UU. continuaron en una fuerte tendencia alcista, sustentadas en el carry trade en yenes.
De 2025 a 2028, la Fed entrará en un ciclo de liberación de liquidez, mientras que Japón necesitará ajustar la restricción de liquidez para mantener la estabilidad del tipo de cambio. Es una estrategia planificada de gestión de liquidez, diseñada para evitar que los activos globales se inflen excesivamente en un entorno de relajación monetaria, minimizando riesgos sistémicos.
En resumen, el aumento de tasas en yenes no es un evento de “cisne negro” fuera de control, sino el resultado de una coordinación entre bancos centrales a nivel global.
¿Qué puede suceder a continuación?
Se espera que en 2026 Japón continúe con una postura de aumento moderado de tasas (con un discurso firme pero acciones suaves), mientras que la Reserva Federal mantendrá un ritmo cauteloso de reducción de tasas (prometiendo bajarlas, pero sin hacerlo demasiado rápido). Este ritmo de “una pausa y una tensión” puede gestionar con precisión las expectativas del mercado de capital global, manteniendo un crecimiento estable, pero sin acumular burbujas por subidas demasiado rápidas.
Datos actuales
El precio actual de BTC ronda los 85.63K dólares, con una variación en 24 horas de -0.44%; ETH se comporta ligeramente mejor, cotizando a 2.83K dólares, con un aumento del 0.42%. Esta diferenciación refleja una recuperación de la racionalidad del mercado: tras la calma tras la pánico a corto plazo, los inversores vuelven a analizar los fundamentos y la lógica a largo plazo.
La advertencia final
Muchos, impulsados por el pánico, intentan vender activos rápidamente, sin saber que ese es precisamente el momento más peligroso. Cuando el mercado ruge y llueve, aquellos inversores que se apresuran a salir descubrirán que ya no podrán volver a comprar. La restricción de liquidez global es ordenada y controlada, muy lejos de la intensidad que el mercado anticipaba inicialmente. La verdadera oportunidad suele aparecer cuando todos están en pánico.