Cuando Jeremy Sturdivant ganó 10,000 BTC por un simple acto de amabilidad el 22 de mayo de 2010, no tenía idea de que estaba gestionando la primera transacción comercial con Bitcoin. Hoy, con BTC cotizando a $85.87K, esos mismos bitcoins valdrían aproximadamente $858.7 millones—una fortuna que hace que las dos pizzas de Papa John que facilitó parezcan monedas de un centavo.
Pero aquí es donde la historia se vuelve interesante: Jeremy no se quedó con su fortuna. Poco después de recibir el pago de 10,000 BTC de Laszlo Hanyecz, los vendió para financiar un viaje por carretera a través del país con su novia. Según los estándares actuales, esa decisión se sitúa entre las vacaciones personales más caras en la historia de las criptomonedas.
Cómo un adolescente de 19 años creó historia en Bitcoin
La línea de tiempo importa. En mayo de 2010, Bitcoin era una novedad—pocos comerciantes lo aceptaban y aún menos transacciones habían ocurrido fuera de la minería. Cuando Laszlo publicó en el foro Bitcointalk ofreciendo 10,000 BTC por dos pizzas entregadas en Jacksonville, Florida, no fue necesariamente un grito de ayuda. Era un experimento para demostrar que Bitcoin tenía utilidad en el mundo real.
Durante cuatro días, nadie aceptó la oferta. Fue entonces cuando Jeremy, operando bajo el nombre de usuario “Jercos”, vio una oportunidad. En ese momento, era californiano, tomó su teléfono, llamó a un restaurante de Papa John’s, pagó con su tarjeta de débito y organizó la entrega en todo el país. La transacción se cerró con 10,000 BTC en su cartera—haciéndolo involuntariamente famoso.
Las matemáticas que acechan a (y no )
Aquí está la comparación que deja sin aliento: en el momento de la transacción, esos 10,000 bitcoins valían solo $41. Con los años, habrían sido valorados en $270 millones. Avanzando rápidamente hasta el precio actual de BTC de $85.87K, el poder adquisitivo se vuelve casi incomprensible para la mayoría de las personas.
El propio Jeremy ha reconocido la punzada del momento. En entrevistas años después, admitió que “ciertamente” lamenta la venta rápida. Sin embargo, su filosofía siguió siendo sorprendentemente sensata: “Pensaba en ayudar a un compañero bitcoiner, no en hacer una inversión. En ese momento, no imaginaba que esto algún día compraría bienes raíces.”
El nacimiento del Día de la Pizza y un movimiento
Lo que Jeremy no se dio cuenta fue de que su carrera por las pizzas daría lugar a una celebración anual. Cada 22 de mayo, la comunidad cripto celebra el Día de la Pizza de Bitcoin—no como un monumento a la riqueza perdida, sino como un recordatorio del momento en que Bitcoin demostró que podía servir como medio de intercambio para bienes tangibles.
Laszlo, el hombre que inició la transacción, también reflexionó años después: “Yo miné esos bitcoins yo mismo. En ese momento, parecía como conseguir comida gratis. ¿Habría gastado $100 millones en pizza? No. Pero quizás Bitcoin no sería tan popular hoy si no hubiera hecho esto.”
El panorama general
La perspectiva de Jeremy cambió de arrepentimiento a orgullo. Aunque no puede atribuirse el mérito del éxito de Bitcoin, reconoció su papel en uno de los momentos más cruciales del cripto—el instante en que Bitcoin pasó de ser teórico a práctico. El simbolismo importaba más que el dinero que dejó atrás.
Tanto Laszlo como Jeremy finalmente aceptaron su decisión. No se obsesionaron con las sumas astronómicas que podrían haber acumulado. En cambio, se centraron en lo que Bitcoin representaba: libertad económica, transacciones sin fronteras y la prueba de que el dinero nuevo podía funcionar en el mundo real.
Ese intercambio del 22 de mayo de 2010 representó un punto de inflexión. No se trataba solo de dos pizzas o 10,000 BTC. Se trataba de mostrarle al mundo que la criptomoneda tenía valor real—algo que vale la pena celebrar cada año, independientemente de si eres la persona que compró la pizza o la vendió.
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De 10.000 pizzas de Bitcoin a más de 850 millones de dólares: el arrepentimiento que nunca rompió el espíritu de un pionero
El intercambio que lo cambió todo
Cuando Jeremy Sturdivant ganó 10,000 BTC por un simple acto de amabilidad el 22 de mayo de 2010, no tenía idea de que estaba gestionando la primera transacción comercial con Bitcoin. Hoy, con BTC cotizando a $85.87K, esos mismos bitcoins valdrían aproximadamente $858.7 millones—una fortuna que hace que las dos pizzas de Papa John que facilitó parezcan monedas de un centavo.
Pero aquí es donde la historia se vuelve interesante: Jeremy no se quedó con su fortuna. Poco después de recibir el pago de 10,000 BTC de Laszlo Hanyecz, los vendió para financiar un viaje por carretera a través del país con su novia. Según los estándares actuales, esa decisión se sitúa entre las vacaciones personales más caras en la historia de las criptomonedas.
Cómo un adolescente de 19 años creó historia en Bitcoin
La línea de tiempo importa. En mayo de 2010, Bitcoin era una novedad—pocos comerciantes lo aceptaban y aún menos transacciones habían ocurrido fuera de la minería. Cuando Laszlo publicó en el foro Bitcointalk ofreciendo 10,000 BTC por dos pizzas entregadas en Jacksonville, Florida, no fue necesariamente un grito de ayuda. Era un experimento para demostrar que Bitcoin tenía utilidad en el mundo real.
Durante cuatro días, nadie aceptó la oferta. Fue entonces cuando Jeremy, operando bajo el nombre de usuario “Jercos”, vio una oportunidad. En ese momento, era californiano, tomó su teléfono, llamó a un restaurante de Papa John’s, pagó con su tarjeta de débito y organizó la entrega en todo el país. La transacción se cerró con 10,000 BTC en su cartera—haciéndolo involuntariamente famoso.
Las matemáticas que acechan a (y no )
Aquí está la comparación que deja sin aliento: en el momento de la transacción, esos 10,000 bitcoins valían solo $41. Con los años, habrían sido valorados en $270 millones. Avanzando rápidamente hasta el precio actual de BTC de $85.87K, el poder adquisitivo se vuelve casi incomprensible para la mayoría de las personas.
El propio Jeremy ha reconocido la punzada del momento. En entrevistas años después, admitió que “ciertamente” lamenta la venta rápida. Sin embargo, su filosofía siguió siendo sorprendentemente sensata: “Pensaba en ayudar a un compañero bitcoiner, no en hacer una inversión. En ese momento, no imaginaba que esto algún día compraría bienes raíces.”
El nacimiento del Día de la Pizza y un movimiento
Lo que Jeremy no se dio cuenta fue de que su carrera por las pizzas daría lugar a una celebración anual. Cada 22 de mayo, la comunidad cripto celebra el Día de la Pizza de Bitcoin—no como un monumento a la riqueza perdida, sino como un recordatorio del momento en que Bitcoin demostró que podía servir como medio de intercambio para bienes tangibles.
Laszlo, el hombre que inició la transacción, también reflexionó años después: “Yo miné esos bitcoins yo mismo. En ese momento, parecía como conseguir comida gratis. ¿Habría gastado $100 millones en pizza? No. Pero quizás Bitcoin no sería tan popular hoy si no hubiera hecho esto.”
El panorama general
La perspectiva de Jeremy cambió de arrepentimiento a orgullo. Aunque no puede atribuirse el mérito del éxito de Bitcoin, reconoció su papel en uno de los momentos más cruciales del cripto—el instante en que Bitcoin pasó de ser teórico a práctico. El simbolismo importaba más que el dinero que dejó atrás.
Tanto Laszlo como Jeremy finalmente aceptaron su decisión. No se obsesionaron con las sumas astronómicas que podrían haber acumulado. En cambio, se centraron en lo que Bitcoin representaba: libertad económica, transacciones sin fronteras y la prueba de que el dinero nuevo podía funcionar en el mundo real.
Ese intercambio del 22 de mayo de 2010 representó un punto de inflexión. No se trataba solo de dos pizzas o 10,000 BTC. Se trataba de mostrarle al mundo que la criptomoneda tenía valor real—algo que vale la pena celebrar cada año, independientemente de si eres la persona que compró la pizza o la vendió.