Anoche se dieron los resultados de la reunión de la Reserva Federal. La verdad, esta jugada me dejó un poco confundido.

Primero, hablemos de la bajada de tasas. Se redujo en 25 puntos base, pero el problema fue la votación—¡fue una división total! Tres personas votaron en contra, algo que no ocurría desde 2019. ¿Qué pasa aquí? Un más radical pensó que la bajada no fue suficiente y gritó por una reducción de 50 puntos base; los otros dos conservadores simplemente no querían bajar y pensaron que reducir las tasas en ese momento era un disparate.

Imagina la escena: un grupo de personas encerradas en una sala, con los mismos datos, y llegando a conclusiones completamente opuestas. Powell en medio, seguramente con dolor de cabeza. El mercado esperaba una decisión unánime, y resulta que ni siquiera hubo consenso en la receta, ¡menudo lío!

Y lo que vino después fue aún más llamativo.

La Fed anunció que en los próximos 30 días compraría 400 mil millones en bonos del Tesoro a corto plazo. Con esa noticia, el mercado olfateó más dinero inyectado. Pero la oficina oficial rápidamente aclaró: "No, no se trata de QE (quantitative easing), solo estamos manteniendo la liquidez del sistema bancario..."

Bueno, no es QE, pero comprar bonos equivale a inyectar liquidez al mercado, eso está claro. Decir si es QE o no, es otra historia; cómo lo entienda el mercado, también.

La reacción de BTC y ETH a esta noticia fue bastante sutil—tuvo una subida rápida, pero no duró mucho y volvió a caer. Parece que todos saben en el fondo: bajar tasas es buena para el mercado, pero los responsables de las políticas ni siquiera tienen claro qué hacer después, esa señal está muy confusa.

En definitiva, la Fed de ahora es como un conductor que no sabe si girar a la izquierda o a la derecha. Los pasajeros (es decir, nosotros, los participantes del mercado) ¿cómo no vamos a estar nerviosos?