He escalado más de veinte cumbres, en un instante una pieza encaja al borde,
la caída es suave como untada en aceite, desciende sin mirar atrás. Primero rompe los dieciocho sin soporte, luego atraviesa los diez como agua fluyendo, ocho, cinco, pasan de prisa, el umbral de tres se pierde en un instante. Mientras el mercado principal se tiñe de rojo, este va solo en verde, contracorriente y terco, parece un toro resistente, dos, uno, la caída se acelera, la cuenta mengua y las lágrimas son difíciles de contener. El consenso se proclamaba en lo alto, pero al final solo eran promesas vacías, la línea K se hunde en un pozo sin fondo, ni la sombra de un rebote se ve. Años de fe se convierten en dolor, las pérdidas en la posición encanecen el cabello, todos los puntos de soporte se derrumban, los sueños se hacen trizas. La decepción acumulada obliga a irse, esta retirada está llena de pesar, me despido a regañadientes, solo culpo al mercado tan frío como el otoño. Sin remedio tomo la pluma para expresar mi tristeza, no para ser pesimista, solo para descansar, desde ahora no pregunto más por este mundo, solo deseo menos preocupaciones el resto de mi vida.
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He escalado más de veinte cumbres, en un instante una pieza encaja al borde,
la caída es suave como untada en aceite, desciende sin mirar atrás.
Primero rompe los dieciocho sin soporte, luego atraviesa los diez como agua fluyendo,
ocho, cinco, pasan de prisa, el umbral de tres se pierde en un instante.
Mientras el mercado principal se tiñe de rojo, este va solo en verde,
contracorriente y terco, parece un toro resistente,
dos, uno, la caída se acelera, la cuenta mengua y las lágrimas son difíciles de contener.
El consenso se proclamaba en lo alto, pero al final solo eran promesas vacías,
la línea K se hunde en un pozo sin fondo, ni la sombra de un rebote se ve.
Años de fe se convierten en dolor, las pérdidas en la posición encanecen el cabello,
todos los puntos de soporte se derrumban, los sueños se hacen trizas.
La decepción acumulada obliga a irse, esta retirada está llena de pesar,
me despido a regañadientes, solo culpo al mercado tan frío como el otoño.
Sin remedio tomo la pluma para expresar mi tristeza, no para ser pesimista, solo para descansar,
desde ahora no pregunto más por este mundo, solo deseo menos preocupaciones el resto de mi vida.