De juguete para geeks a la nueva estrella de Wall Street, ¿cómo lo ha conseguido DeFi? En los últimos años, el sector financiero no ha dejado de hablar de un término de moda: DeFi (finanzas descentralizadas). Hace unos años, cuando los geeks apenas empezaban a crear extrañas herramientas financieras en Ethereum, nadie imaginaba que estos “juguetitos” acabarían atrayendo la atención de los grandes nombres de las finanzas tradicionales en Wall Street.

Si echamos la vista atrás, entre 2020 y 2021 DeFi surgió a una velocidad asombrosa. En aquel entonces, el valor total bloqueado (TVL) en el mercado pasó de unos pocos miles de millones de dólares a dispararse, alcanzando un máximo de 178.000 millones de dólares. Protocolos con nombres tan peculiares como Uniswap o Aave se convirtieron de repente en proyectos estrella dentro del mundo cripto global.

Sin embargo, para la mayoría de los inversores particulares, DeFi siempre ha parecido un laberinto lleno de trampas. Operar con monederos es un quebradero de cabeza, los contratos inteligentes son tan complejos como si estuvieran escritos en marciano, y encima hay que vivir con el miedo constante de que un hacker te robe todos tus activos de un plumazo. Los datos muestran que, a pesar de la popularidad de DeFi, menos del 5% de las instituciones inversoras del sector financiero tradicional han entrado realmente en este mercado. Por un lado, los inversores están deseando participar; por otro, las numerosas barreras les frenan a la hora de dar el paso.

Pero el capital siempre tiene el olfato más agudo. Desde 2021, ha surgido una nueva herramienta diseñada específicamente para responder a la pregunta de “¿cómo invertir fácilmente en DeFi?”. Se trata del ETF descentralizado (Decentralized ETF, o DeETF). Este instrumento fusiona el concepto de los productos ETF tradicionales con la transparencia de la blockchain, manteniendo la comodidad y la regulación de los fondos clásicos, pero añadiendo el potencial de alto crecimiento de los activos DeFi.