Últimamente, han vuelto a proliferar las voces en el mercado que hablan de que el precio de Bitcoin podría alcanzar los 300.000 dólares.

Hagamos cuentas: ahora está en 90.000, llegar a 300.000 supone multiplicar por 3,3. ¿Suena a locura? Las instituciones están comprando, el efecto del halving sigue fermentando y ciertas expectativas políticas también están ahí. Pero ¿y los minoristas? Algunos ya han apostado todo, otros siguen esperando—al fin y al cabo, también hay que tener en cuenta la reacción de la familia en casa.

Según algunos analistas, 2026 podría ser un punto de inflexión clave. Si esos 300.000 son solo una ilusión o realmente alcanzables, depende de cómo te posiciones ahora y de... si te atreves a ser sincero con tu familia sobre la posición de tu cuenta.

Al final, todo se reduce a tres preguntas: ¿Tienes suficiente tolerancia al riesgo? ¿Tus reservas de capital son adecuadas? ¿Puedes soportar grandes oscilaciones en tu exposición?

Por otro lado, en la red de Ethereum, los tokens meme que se suben a la ola de Musk también están bastante activos últimamente. Hay uno llamado puppies, un típico activo de baja capitalización y alta volatilidad, fácil de especular cuando las comisiones de gas son bajas. Por supuesto, el riesgo de estos activos es altísimo, la concentración de tokens es elevada y los movimientos alcistas y bajistas son muy rápidos.

De BTC, LUNC, LUNA y esas viejas caras ya ni hablar, cada una tiene su propia historia y sus trampas. Invertir implica riesgos; la prudencia nunca pasa de moda.