Por lo visto, el plan consiste en seducir a los inversores de la generación Z para que entreguen el dinero que tanto les ha costado ganar a sus padres, todo mientras se embolsan un 3% de comisión de gestión y un 30% de los beneficios. Un clásico, la verdad.

Eso sí, hay que valorar la sinceridad: al menos son transparentes con la estructura de comisiones. Ese modelo de "3 y 30" solía ser cosa de los hedge funds, y ahora todo el mundo juega con el mismo manual.

Mientras tanto, los protocolos DeFi apenas cobran un 0,3% en los intercambios y la gente aún se queja de que es demasiado. Es increíble cómo las finanzas tradicionales convencieron a toda una generación de que ceder un tercio de tus ganancias era simplemente el "estándar del sector".

Quizá ya va siendo hora de que esos zoomers aprendan sobre la autocustodia y a quedarse con el 100% de sus beneficios. Solo digo.