El inversor activista Boaz Weinstein acaba de interrumpir los planes de Baillie Gifford. El gestor de fondos quería fusionar dos de sus vehículos cotizados, pero Weinstein lo está bloqueando. Este movimiento muestra cuánta influencia pueden ejercer los inversores activistas incluso sobre gestores de activos establecidos. Cuando los accionistas con participaciones significativas se aferran a sus posiciones, la reestructuración corporativa se complica rápidamente. Vale la pena observar cómo se desarrolla este juego de poder; las campañas activistas están transformando la gobernanza de los fondos en todos los mercados.
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El inversor activista Boaz Weinstein acaba de interrumpir los planes de Baillie Gifford. El gestor de fondos quería fusionar dos de sus vehículos cotizados, pero Weinstein lo está bloqueando. Este movimiento muestra cuánta influencia pueden ejercer los inversores activistas incluso sobre gestores de activos establecidos. Cuando los accionistas con participaciones significativas se aferran a sus posiciones, la reestructuración corporativa se complica rápidamente. Vale la pena observar cómo se desarrolla este juego de poder; las campañas activistas están transformando la gobernanza de los fondos en todos los mercados.