La “mano invisible” del economista Adam Smith habla de que: los individuos actúan en su propio interés y, sin querer, impulsan a todo el mercado hacia una dirección eficiente. Esta lógica se aplica completamente al mercado de criptomonedas.
Por ejemplo, cuando intercambias BTC, no estás pensando en “quiero mantener la propiedad financiera de Bitcoin”, solo estás pensando en ganar dinero o cubrir riesgos. Pero son millones de decisiones de negociación de pequeños inversores e instituciones, a través de la relación de oferta y demanda y la competencia, las que finalmente determinan el precio real de BTC. Lo mismo ocurre con los proyectos de cadenas públicas; el equipo de desarrollo no optimiza el código por una mentalidad de caridad, sino para ocupar el mercado. ¿Y el resultado? Todo el ecosistema Web3 se está empujando hacia adelante.
Pero esta teoría también tiene defectos: asume que los participantes del mercado son todos racionales (la realidad es que hay FOMO por todas partes), ignora los costos externos (como el impacto del poder de cálculo en el medio ambiente) y no considera la asimetría de la información (una palabra de un gran influencer puede hacer que el mercado caiga). Por lo tanto, la mano invisible no es un dios, el mercado aún necesita cierta regulación para corregir los fallos.
Conclusión: Entender este concepto te ayudará a juzgar cuándo debes seguir la tendencia y cuándo debes estar alerta ante la posible ineficacia del mercado.
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La mano invisible: ¿por qué el mercado de criptomonedas también juega esta trampa?
La “mano invisible” del economista Adam Smith habla de que: los individuos actúan en su propio interés y, sin querer, impulsan a todo el mercado hacia una dirección eficiente. Esta lógica se aplica completamente al mercado de criptomonedas.
Por ejemplo, cuando intercambias BTC, no estás pensando en “quiero mantener la propiedad financiera de Bitcoin”, solo estás pensando en ganar dinero o cubrir riesgos. Pero son millones de decisiones de negociación de pequeños inversores e instituciones, a través de la relación de oferta y demanda y la competencia, las que finalmente determinan el precio real de BTC. Lo mismo ocurre con los proyectos de cadenas públicas; el equipo de desarrollo no optimiza el código por una mentalidad de caridad, sino para ocupar el mercado. ¿Y el resultado? Todo el ecosistema Web3 se está empujando hacia adelante.
Pero esta teoría también tiene defectos: asume que los participantes del mercado son todos racionales (la realidad es que hay FOMO por todas partes), ignora los costos externos (como el impacto del poder de cálculo en el medio ambiente) y no considera la asimetría de la información (una palabra de un gran influencer puede hacer que el mercado caiga). Por lo tanto, la mano invisible no es un dios, el mercado aún necesita cierta regulación para corregir los fallos.
Conclusión: Entender este concepto te ayudará a juzgar cuándo debes seguir la tendencia y cuándo debes estar alerta ante la posible ineficacia del mercado.