En la madrugada, se detectó en la blockchain una transacción que llamó la atención.

Una wallet marcada como "Dirección interna 1011" que fue rastreada por los insiders, completó en tres horas una serie de movimientos de libro de texto: primero, depositó 180,438 ETH como garantía en el protocolo Aave V3 (con un valor de mercado de aproximadamente 540 millones de dólares en ese momento), luego pidió prestados 220 millones de USDT, y finalmente, transfirió toda esta cantidad de stablecoins a una cuenta en un intercambio de criptomonedas de renombre. Todo el proceso fue tan suave como si se hubiera ensayado innumerables veces.

Este tipo de juego es evidente para los que tienen sentido común: convertir los activos generadores de ingresos en efectivo, normalmente con un único objetivo: prepararse para comprar en el intercambio.

Vale la pena reflexionar sobre el momento temporal.

La Reserva Federal acaba de anunciar que detiene la reducción de su balance, y las expectativas de liquidez en el mercado comienzan a aflojarse; la red de Ethereum tiene programada otra gran actualización el 3 de diciembre, y la experiencia histórica nos dice que los precios suelen ser inestables antes y después de estos nodos técnicos. Justo en este momento, alguien se apresuró a hipotecar 500 millones de ETH para pedir prestado un stablecoin, y además tuvo que pagar el costo de interés. Si se dice que no hay alguna información privilegiada para preparar la jugada, nadie lo creería.

Por supuesto, los datos on-chain solo muestran las acciones, no los motivos. Pero una movilización de fondos de este tamaño - no es algo que pueda hacer un pequeño inversor. O bien se trata de instituciones extremadamente optimistas sobre el futuro que están posicionándose por adelantado, o algunas personas ya han oído rumores.

El mercado ahora es como una cuerda tensada, los grandes peces están comenzando a moverse. Será interesante ver si habrá una reacción en cadena.