¿Uetada Kazuo se ha puesto serio esta vez? La respuesta del mercado es: hay un 70% de probabilidad de que se presione el botón de aumento de tasas en la reunión del 19 de diciembre.
Pero no esperes que él haga algo drástico. Al mirar la historia de las operaciones del Banco de Japón, cada vez que intervienen lo hacen con un ajuste lento de 25 puntos básicos. Esta vez, pasar del 0.5% al 0.75% se alinea completamente con su enfoque de "cocinar a la rana en agua tibia". Además, la política arancelaria en Estados Unidos es incierta, el Banco de Japón tiene que dejarse una salida, por si acaso la situación cambia drásticamente y necesita adaptarse.
Si realmente se eleva al 0.75%, lo que sigue es un largo período de observación. Tendrán que vigilar tres cosas: si el aumento de salarios puede mantenerse, si la inflación se comportará y se acercará al 2%, y si los aranceles de EE. UU. pueden destruir esta arteria vital de las exportaciones. Si los datos son buenos, tal vez puedan empujar un poco más hasta el 1%; si la tendencia es negativa, entonces pisarán el freno, e incluso no se descarta la posibilidad de dar marcha atrás y reiniciar la flexibilización.
¿Qué significa que la tasa de interés se eleve al 1%? La diferencia de tasas entre Japón y Estados Unidos podría reducirse a alrededor del 4%, lo que podría aliviar un poco la presión sobre la depreciación del yen, pero el regreso de capitales podría impactar el mercado de deuda: este es un agujero del que hay que tener cuidado.
En pocas palabras, esta vez el aumento de tasas de interés es un experimento del Banco de Japón sobre cómo jugar en la "era posterior a la flexibilización": no se puede combatir la raíz de la inflación solo con el aumento de tasas, es necesario combinarlo con reformas en el mercado laboral y la actualización industrial; la posición internacional del yen debe ser mantenida, pero la fuga de capitales no puede salirse de control, lo que hace difícil encontrar el equilibrio. Lo más complicado es que, por un lado, el gobierno está llevando a cabo una expansión fiscal de manera frenética, mientras que el banco central debe mantener su independencia y estabilizar los precios, sin dejarse secuestrar por los resultados a corto plazo.
La situación actual de Ueda es un "tirón de tres bandas": internamente, debe equilibrar el control de la inflación y el crecimiento estable; externamente, debe hacer frente a la divergencia de políticas de la Reserva Federal y la debilidad del yen; y hacia arriba, debe cooperar con los planes financieros del nuevo gobierno. La estrategia que eligió de "aumentos de tasas en fases" no solo envía una señal de cambio, sino que también deja margen para ajustes futuros. Es inteligente, pero también bastante arriesgado.
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BlockTalk
· hace4h
Ueda este tipo tiene "cáncer de aumento de tasas", 25 puntos base dando vueltas, ¿de verdad piensa que todos somos Iron Man, verdad? ¿Podemos soportarlo?
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LayerZeroHero
· hace5h
Resulta que el Banco Central de Japón sigue el mismo camino antiguo: un ajuste de 25 puntos básicos, que es prácticamente una validación de la estructura del "protocolo de mínima intervención efectiva". Esto es similar a la lógica de probar puentes cross-chain, donde un cambio demasiado grande puede causar colapsos, por lo que se debe iterar lentamente para encontrar los parámetros óptimos.
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DegenWhisperer
· hace5h
Ueda este tipo está jugando con fuego, 25 puntos base poco a poco, temiendo que si sube demasiado rápido podría arruinar la economía japonesa.
¿Uetada Kazuo se ha puesto serio esta vez? La respuesta del mercado es: hay un 70% de probabilidad de que se presione el botón de aumento de tasas en la reunión del 19 de diciembre.
Pero no esperes que él haga algo drástico. Al mirar la historia de las operaciones del Banco de Japón, cada vez que intervienen lo hacen con un ajuste lento de 25 puntos básicos. Esta vez, pasar del 0.5% al 0.75% se alinea completamente con su enfoque de "cocinar a la rana en agua tibia". Además, la política arancelaria en Estados Unidos es incierta, el Banco de Japón tiene que dejarse una salida, por si acaso la situación cambia drásticamente y necesita adaptarse.
Si realmente se eleva al 0.75%, lo que sigue es un largo período de observación. Tendrán que vigilar tres cosas: si el aumento de salarios puede mantenerse, si la inflación se comportará y se acercará al 2%, y si los aranceles de EE. UU. pueden destruir esta arteria vital de las exportaciones. Si los datos son buenos, tal vez puedan empujar un poco más hasta el 1%; si la tendencia es negativa, entonces pisarán el freno, e incluso no se descarta la posibilidad de dar marcha atrás y reiniciar la flexibilización.
¿Qué significa que la tasa de interés se eleve al 1%? La diferencia de tasas entre Japón y Estados Unidos podría reducirse a alrededor del 4%, lo que podría aliviar un poco la presión sobre la depreciación del yen, pero el regreso de capitales podría impactar el mercado de deuda: este es un agujero del que hay que tener cuidado.
En pocas palabras, esta vez el aumento de tasas de interés es un experimento del Banco de Japón sobre cómo jugar en la "era posterior a la flexibilización": no se puede combatir la raíz de la inflación solo con el aumento de tasas, es necesario combinarlo con reformas en el mercado laboral y la actualización industrial; la posición internacional del yen debe ser mantenida, pero la fuga de capitales no puede salirse de control, lo que hace difícil encontrar el equilibrio. Lo más complicado es que, por un lado, el gobierno está llevando a cabo una expansión fiscal de manera frenética, mientras que el banco central debe mantener su independencia y estabilizar los precios, sin dejarse secuestrar por los resultados a corto plazo.
La situación actual de Ueda es un "tirón de tres bandas": internamente, debe equilibrar el control de la inflación y el crecimiento estable; externamente, debe hacer frente a la divergencia de políticas de la Reserva Federal y la debilidad del yen; y hacia arriba, debe cooperar con los planes financieros del nuevo gobierno. La estrategia que eligió de "aumentos de tasas en fases" no solo envía una señal de cambio, sino que también deja margen para ajustes futuros. Es inteligente, pero también bastante arriesgado.