¿Privacidad en riesgo? El aumento del rastreo de Bitcoin en Brasil coloca a los usuarios en una encrucijada

Source: PortaldoBitcoin Título original: ¿Privacidad en riesgo? Aumento en el rastreo de Bitcoin en Brasil pone a los usuarios en una encrucijada Enlace Original: Los especialistas del mercado cripto fueron directos en el escenario de la Blockchain Conference Brasil este sábado (29): el gobierno brasileño ya ha logrado rastrear Bitcoin con relativa facilidad y trabaja para ampliar aún más su poder de fiscalización.

El procurador de la República Alexandre Senra abrió la discusión mostrando cómo casos públicos, como el golpe de GAS Consultoria liderado por el “Faraón del Bitcoin”, pueden ser fácilmente rastreados en la blockchain. Mostró cómo el piramidista aún controla una cartera con 1.300 BTC ( equivalentes a R$ 630 millones ) y que, en enero de este año, envió 24 BTC a una cartera de depósito de la corretora de una cierta exchange.

Según él, aunque el Estado no pueda incautar bitcoins sin acceso a las claves privadas, es posible monitorear direcciones y ser avisado cuando hay movimientos relevantes, como el envío a una entidad centralizada, como una casa de cambio, y, a partir de eso, exigir la incautación de los valores.

La capacidad del gobierno para rastrear transacciones de criptomonedas debe aumentar de forma significativa el próximo año, ya que las nuevas reglas del Banco Central para el sector cripto exigen, por ejemplo, que las corretoras reporten las carteras de autocustodia de los usuarios.

El lado negativo del rastreo cripto

En la opinión de Marcello Paz, de PRO Hash, el aumento del control estatal sobre el mercado cripto exige una elección por parte de los usuarios: entregar la información que el gobierno exige, lidiando con el riesgo de que sus datos sean expuestos en una eventual filtración, o mantenerse fuera del radar, sin interactuar con entidades centralizadas o declarar transacciones, asumiendo el riesgo de ser atrapados y multados.

Aunque contradictorio, defiende la segunda opción. “Si el Estado sabe cuánto tenemos, dónde está y cómo está custodiado, eso nos convierte en blancos ambulantes”, afirmó. “No tengo duda de que esta información sobre las carteras cripto va a filtrarse y caer en manos de quienes no deberían.”

También señaló la contradicción en el hecho de que el Drex — el proyecto de moneda digital del Banco Central — haya sido paralizado precisamente porque el propio gobierno no pudo garantizar la privacidad de las transacciones de los usuarios.

Ismael Decol, de Declare Cripto, compartió la visión de que “el cerco se está cerrando”, citando la nueva instrucción normativa de la Receita Federal, ahora llamada DeCripto, que debe hacer que las declaraciones sean más completas y frecuentes.

Pero advirtió que, aunque no declarar criptomonedas no sea un delito por sí mismo, esto constituye una infracción tributaria. Ya mentir deliberadamente sobre valores o datos personales es aún más grave y puede caracterizar un delito de falsedad ideológica.

El lado bueno del rastreo

Caio Motta, de Chainalysis, presentó datos de la empresa que indican que solo el 0,14% de las transacciones con criptomonedas identificadas en 2024 estaban vinculadas a actividades ilícitas.

Para él, este número, aunque pequeño frente al tamaño de la industria, no debe ser utilizado como argumento para alejar mecanismos de rastreo. Por el contrario, es precisamente el monitoreo lo que ayuda a preservar la integridad del mercado y proteger a las personas en situaciones reales de vulnerabilidad.

Cituló un caso emblemático para ilustrar este punto: una madre que vendía contenidos explícitos de su propia hija y acabó atrapada precisamente por el rastreo eficiente de las transacciones en cripto. Para Motta, episodios como este muestran que la transparencia del blockchain es una herramienta esencial en la lucha contra delitos graves.

Al final, la sensación general fue que no hay respuestas fáciles. El gobierno ya rastrea criptomonedas con precisión, al mismo tiempo que exige más datos de los usuarios. Sin embargo, no presenta garantías de seguridad para que esta recolección de información no ponga en riesgo vidas.

Entre declarar o preservar la propia privacidad, los usuarios se ven obligados a elegir qué riesgo prefieren enfrentar. Como resumió Marcello: “Si declaro, hay riesgo. Si no declaro, hay otros riesgos. Tenemos que elegir qué lucha vamos a comprar.”