En 1995, en Ginza, Tokio, bajo las luces de neón, se brindaba. Un empresario japonés, ebrio, presumía: "¡El próximo año compraremos Manhattan!" En ese momento, Japón estaba realmente deslumbrante, con un PIB que representaba el 18% del total mundial, y las palabras "Hecho en Japón" eran una marca de prestigio.
Treinta años después, el mismo anciano se sienta en un asilo de ancianos en las afueras de Tokio, perdido en sus pensamientos. Fuera, los cerezos han dejado caer sus flores por todas partes, y murmura: "No se pierde dinero, se pierde toda una era." Ayer, el FMI lanzó un informe: el PIB de India superará al de Japón en 2025. El que alguna vez fue el segundo del mundo, ahora está a punto de caer al cuarto lugar.
¿Cómo se ha llegado a esto? Cuatro agujeros, uno más mortal que el otro.
**Primera trampa: aposté en la pista equivocada** Todo el mundo está desarrollando coches eléctricos, mientras que Japón se aferra a la energía del hidrógeno. Un alto ejecutivo de Toyota comentó en privado una dura verdad: "Pensamos que al captar la energía del hidrógeno estábamos captando el futuro, pero ahora hemos perdido todo." Más gracioso aún es que Nissan ya había creado el coche eléctrico Leaf en 2010, incluso antes que Tesla. Pero la empresa destinó todos sus recursos a la energía del hidrógeno y, de hecho, perdió su ventaja competitiva.
**Segunda trampa: vivir en una "isla digital" del siglo pasado** En 2022, las agencias gubernamentales de Japón aún usaban disquetes para trabajar. No es nostalgia, es simplemente estar atrasados. Mientras el mundo corre en la nube, Japón todavía se aferra a las máquinas de fax y los sellos. Este tipo de aislamiento no es simplemente estar un paso atrás, es ser directamente dejado atrás por la época.
Los dos últimos problemas son aún más graves: la crisis demográfica y la desindustrialización. El envejecimiento de la población y la baja natalidad hacen que la fuerza laboral se escurra como un embudo; después de la deslocalización de la manufactura, la cadena industrial nacional se ha roto en pedazos. Japón, que hace treinta años se atrevió a decir "comprar Manhattan", ahora ni siquiera puede recuperar su propio futuro.
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ser_we_are_early
· hace16h
Ja ja, Japón realmente se ha autodestruido con esta jugada, lo de la energía de hidrógeno es simplemente increíble.
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BlockchainArchaeologist
· hace16h
Ja ja, esta es la consecuencia de apostar en la dirección equivocada, realmente se equivocaron con la ola del hidrógeno. ¿Cómo es que la gente de Toyota no entendió la tendencia?
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RegenRestorer
· hace16h
Apostar por el camino equivocado realmente es mortal, las operaciones de Toyota son prácticamente suicidas, con tanto impulso hacia lo eléctrico, simplemente no se han subido a la ola...
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FloorSweeper
· hace16h
Vaya, lo de la energía de hidrógeno realmente me hace reír, esa arrogancia de antaño ahora se ha convertido en una cadena.
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GateUser-6bc33122
· hace16h
Es cierto que apostar por el camino equivocado es realmente increíble, empresas tan poderosas como Toyota y Nissan han desperdiciado sus ventajas.
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ShamedApeSeller
· hace16h
Japón vive en el pasado, ¿quién cree que todavía está jugando con la energía de hidrógeno? Un paso en falso lleva a otro.
En 1995, en Ginza, Tokio, bajo las luces de neón, se brindaba. Un empresario japonés, ebrio, presumía: "¡El próximo año compraremos Manhattan!" En ese momento, Japón estaba realmente deslumbrante, con un PIB que representaba el 18% del total mundial, y las palabras "Hecho en Japón" eran una marca de prestigio.
Treinta años después, el mismo anciano se sienta en un asilo de ancianos en las afueras de Tokio, perdido en sus pensamientos. Fuera, los cerezos han dejado caer sus flores por todas partes, y murmura: "No se pierde dinero, se pierde toda una era." Ayer, el FMI lanzó un informe: el PIB de India superará al de Japón en 2025. El que alguna vez fue el segundo del mundo, ahora está a punto de caer al cuarto lugar.
¿Cómo se ha llegado a esto? Cuatro agujeros, uno más mortal que el otro.
**Primera trampa: aposté en la pista equivocada**
Todo el mundo está desarrollando coches eléctricos, mientras que Japón se aferra a la energía del hidrógeno. Un alto ejecutivo de Toyota comentó en privado una dura verdad: "Pensamos que al captar la energía del hidrógeno estábamos captando el futuro, pero ahora hemos perdido todo." Más gracioso aún es que Nissan ya había creado el coche eléctrico Leaf en 2010, incluso antes que Tesla. Pero la empresa destinó todos sus recursos a la energía del hidrógeno y, de hecho, perdió su ventaja competitiva.
**Segunda trampa: vivir en una "isla digital" del siglo pasado**
En 2022, las agencias gubernamentales de Japón aún usaban disquetes para trabajar. No es nostalgia, es simplemente estar atrasados. Mientras el mundo corre en la nube, Japón todavía se aferra a las máquinas de fax y los sellos. Este tipo de aislamiento no es simplemente estar un paso atrás, es ser directamente dejado atrás por la época.
Los dos últimos problemas son aún más graves: la crisis demográfica y la desindustrialización. El envejecimiento de la población y la baja natalidad hacen que la fuerza laboral se escurra como un embudo; después de la deslocalización de la manufactura, la cadena industrial nacional se ha roto en pedazos. Japón, que hace treinta años se atrevió a decir "comprar Manhattan", ahora ni siquiera puede recuperar su propio futuro.