La mayoría de los proyectos tienen dificultades cuando intentan combinar la verificación de identidad con los controles de cumplimiento. Normalmente, esta combinación genera fricción: todo se vuelve más lento, la experiencia del usuario empeora y la escalabilidad se convierte en una pesadilla.

Pero algunas soluciones de infraestructura están cambiando ese enfoque. En lugar de convertir el cumplimiento en un cuello de botella, lo integran en la capa de fondo. Es como la fontanería: nadie la ve, pero todo funciona mejor porque está ahí. Todo el proceso de verificación se vuelve invisible para los usuarios, mientras se siguen cumpliendo los requisitos regulatorios.

Ese es el tipo de cambio de arquitectura que DeFi realmente necesita si queremos una adopción generalizada.