¿Te has perdido el 87,6% de rentabilidad anualizada de Bitcoin en la última década? No te apresures a lamentarte, lo mejor quizá aún esté por venir.

Si miramos atrás, en 2015, un Bitcoin a 430 dólares parecía una apuesta de locos. Para 2025, los 92.000 dólares ya han pasado a los libros de historia. Este salto de 215 veces se ha construido gracias al mecanismo de halving, al consenso global y al dinero real de las instituciones.

La pregunta clave es: en la próxima década, la cuestión no es si BTC subirá, sino cómo subirá.

Los conservadores te dirán que una tasa anualizada del 30% es razonable: para 2035 veríamos un Bitcoin a 1,27 millones de dólares. Es un camino estable: los ETF siguen atrayendo capital, la adopción global se expande poco a poco, las matemáticas y la realidad lo respaldan.

Los más agresivos sueñan con mantener ese 87,6% de crecimiento anual: en 2035 Bitcoin valdría 50 millones de dólares. Suena increíble, pero eso supondría que Bitcoin se traga el mercado mundial de acciones y reescribe las reglas monetarias. Teóricamente plausible, pero ¿realmente factible? Difícil.

La respuesta más sensata está en un punto intermedio. Un crecimiento anualizado del 20%-35% sitúa el precio entre 600.000 y 1,5 millones de dólares. Detrás de esto están los flujos de dinero abiertos por los ETF, la oferta que se reduce cada cuatro años y una redefinición de lo que significa almacenar valor en esta era.

Hace diez años, si alguien te decía que Bitcoin podía multiplicarse por 200, probablemente te lo tomabas a broma. Ahora, si alguien te dice que superará el millón de dólares, ¿a que ya no suena tan descabellado? La historia no se repite exactamente, pero la escasez siempre tendrá valor. Esa es una ley inmutable.