En la cultura china, el concepto de "perder la cara" siempre se ha tomado muy en serio. No importa dónde estés, para la gente común resulta impensable cruzar la línea psicológica de fingir una donación. Pero en este sector, me he encontrado precisamente con este tipo de comportamiento: hay quienes, bajo el pretexto de hacer donaciones, acaban siendo acusados de estar actuando una farsa.

No se trata de la cantidad de dinero, sino de dónde está el límite. No he oído hablar mucho de este tipo de cosas en otros sectores, y sin embargo, en el mundo de las criptomonedas, me topo con ello. A veces me pregunto, ¿qué tipo de entorno puede llevar a la gente a perder hasta la conciencia más básica?

En nuestro sector, por fuera hablamos de descentralización, de revolucionar las finanzas, pero ¿qué pasa con los valores humanos? Hay cosas que realmente desaniman. Por mucho que avance la tecnología, si no se supera la barrera de la ética, ¿de qué sirven todas estas innovaciones?