La actividad manufacturera continúa su deslizamiento a la baja, marcando el noveno mes consecutivo de contracción según la última lectura del índice. Este período prolongado de debilidad plantea preguntas sobre la trayectoria económica más amplia y lo que podría significar para los activos de riesgo. Cuando la producción se desploma durante tanto tiempo, normalmente señala problemas estructurales más profundos en lugar de solo vientos en contra temporales. Para los comerciantes que observan las condiciones macro, estos números de manufactura a menudo sirven como un indicador líder, presagiando cambios en el empleo, el gasto del consumidor y, eventualmente, en el sentimiento del mercado. Nueve meses ya no son un simple bache; es una tendencia que merece atención.