¿Recuerdas cuando podías lanzar diez mil a alguna altcoin aleatoria y despertar siendo millonario?
O mejor aún, divide esa misma cantidad en cien tokens diferentes. ¿La próxima mañana? Estás mirando un portafolio de nueve cifras.
¿Suena loco ahora, verdad? Pero retrocede cuatro años y esto no era fantasía. Era solo otro martes en la carrera alcista más salvaje que hemos visto. Esas ganancias no necesitaban suerte. Solo sincronización y agallas.
Esos días ahora se sienten como un sueño febril. El mercado ha evolucionado. Las oportunidades han cambiado. Pero, hombre, qué viaje fue ese.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
11 me gusta
Recompensa
11
4
Republicar
Compartir
Comentar
0/400
TokenomicsTherapist
· hace3h
La verdad es que en ese momento era el paraíso de los apostadores, ahora al pensarlo me da miedo.
Ver originalesResponder0
SerumDegen
· hace6h
lmao el copium en esta publicación es real... esas ganancias fueron 99% suerte disfrazadas de "tiempo y agallas" ngl
Ver originalesResponder0
LiquidityHunter
· hace6h
A las 3 de la mañana todavía estaba revisando el mercado... en ese momento la Liquidez y la Profundidad no podían soportar este volumen de transacciones, el espacio de Arbitraje era ridículamente grande.
Ver originalesResponder0
TokenomicsPolice
· hace6h
Amigo, realmente fue una época loca, ahora que lo pienso, ni me atrevo a creerlo.
¿Recuerdas cuando podías lanzar diez mil a alguna altcoin aleatoria y despertar siendo millonario?
O mejor aún, divide esa misma cantidad en cien tokens diferentes. ¿La próxima mañana? Estás mirando un portafolio de nueve cifras.
¿Suena loco ahora, verdad? Pero retrocede cuatro años y esto no era fantasía. Era solo otro martes en la carrera alcista más salvaje que hemos visto. Esas ganancias no necesitaban suerte. Solo sincronización y agallas.
Esos días ahora se sienten como un sueño febril. El mercado ha evolucionado. Las oportunidades han cambiado. Pero, hombre, qué viaje fue ese.