Mirando el gráfico diario de BTC durante treinta segundos, me surgió una pregunta en la cabeza: ¿Esta caída es más rápida que la de los altcoins que compré la semana pasada? Esta mañana, la barra de noticias fue inundada por mensajes privados, todos preguntando lo mismo: "¿De dónde vino esta Gran caída?"

Cada vez que me encuentro con una caída abrupta que no se puede entender, siempre quiero recordar: cada movimiento drástico del mercado nunca es casual. Así como cuando tu gato se eriza de repente, seguramente hay una mano invisible detrás de todo - en el mundo de las criptomonedas, esa mano se llama "flujo de capital". Por mucho que los gráficos K parezcan confusos, al final, son los fondos los que hablan: hacia dónde fluye el dinero, esa es la dirección en la que se inclina el mercado, esta es una verdad dura que he aprendido tras años de experiencia en este mercado.

El "culpable" de esta Gran caída se encuentra, en realidad, en el lado de la deuda estadounidense. Puedes imaginar los bonos del gobierno de EE. UU. como una súper bomba de drenaje, y recientemente el gobierno estadounidense estuvo al borde del cierre, con un saldo miserable en la cuenta TGA del Tesoro. El mercado ya carecía de liquidez, y el resultado fue que la subasta de deuda lanzó un volumen enorme de 163 mil millones de dólares, lo que equivale a extraer sangre directamente del fondo de activos de riesgo para inundar el mercado de deuda; el mercado cripto, por supuesto, se volvió "anémico".

Lo que es peor es que la Reserva Federal volvió a echar agua fría. Desde que Goolsbee hizo esa declaración agresiva, varios traders que conocía y que esperaban con ansias un recorte de tasas en diciembre quedaron atónitos; esperaban que un relajamiento de la política pudiera inyectar vitalidad al mercado, pero no se imaginaron que esta expectativa sería directamente