Esta mañana a las 8, se rompieron directamente cerca de diez mil órdenes largas de ETH de un conocido jugador. 4500 se evaporaron en un instante, y el saldo de la cuenta solo quedó en 210,000 dólares.
Esta ya es la vez que no sabe cuántas ha liquidado desde noviembre. Lo más extremo es que la línea de liquidación está a solo 15 dólares. Si viene otra vela bajista grande, salir completamente no sería una broma.
Esa hora fue un verdadero baño de sangre: BTC cayó más del 5% de forma abrupta, y todas las altcoins se desplomaron. A simple vista, parece que todo es por los rumores falsos de "la renuncia de Powell" que están por todas partes, pero la verdadera bomba está en Tokio: el Banco de Japón se ha vuelto a una política de ajuste por primera vez en 17 años.
Esto se debe entender de esta manera: en los últimos años, las instituciones globales han tomado préstamos en yenes sin costo y han estado comprando locamente bonos del gobierno de EE. UU., acciones tecnológicas y BTC. Japón ha sido como un gigantesco fondo de apalancamiento gratuito, utilizándolo a su antojo. ¿Y ahora? La inflación en Japón no se puede controlar, y el rendimiento de los bonos del gobierno ha alcanzado su punto más alto desde 2008. La ruta del arbitraje ya no es viable.
Las instituciones, para devolver yenes, solo pueden vender los activos más líquidos. ¿Criptomonedas? Por supuesto que son las primeras en ser golpeadas.
El mercado todavía espera que la Reserva Federal baje las tasas en diciembre para salvar la situación, pero en Japón ya se ha puesto en marcha el tren de la contracción, no hay tiempo ni para frenar. La ola de desapalancamiento global se está gestando, y el mercado de criptomonedas siempre es la primera ficha en caer.
¿La liquidación del gran jugador? En otras palabras, es el adelanto del evento.
¿A quién le tocará la próxima liquidación? ¿A los grandes inversores? ¿A los mineros? ¿O a esos "dioses" que juegan con alto apalancamiento?
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Esta mañana a las 8, se rompieron directamente cerca de diez mil órdenes largas de ETH de un conocido jugador. 4500 se evaporaron en un instante, y el saldo de la cuenta solo quedó en 210,000 dólares.
Esta ya es la vez que no sabe cuántas ha liquidado desde noviembre. Lo más extremo es que la línea de liquidación está a solo 15 dólares. Si viene otra vela bajista grande, salir completamente no sería una broma.
Esa hora fue un verdadero baño de sangre: BTC cayó más del 5% de forma abrupta, y todas las altcoins se desplomaron. A simple vista, parece que todo es por los rumores falsos de "la renuncia de Powell" que están por todas partes, pero la verdadera bomba está en Tokio: el Banco de Japón se ha vuelto a una política de ajuste por primera vez en 17 años.
Esto se debe entender de esta manera: en los últimos años, las instituciones globales han tomado préstamos en yenes sin costo y han estado comprando locamente bonos del gobierno de EE. UU., acciones tecnológicas y BTC. Japón ha sido como un gigantesco fondo de apalancamiento gratuito, utilizándolo a su antojo. ¿Y ahora? La inflación en Japón no se puede controlar, y el rendimiento de los bonos del gobierno ha alcanzado su punto más alto desde 2008. La ruta del arbitraje ya no es viable.
Las instituciones, para devolver yenes, solo pueden vender los activos más líquidos. ¿Criptomonedas? Por supuesto que son las primeras en ser golpeadas.
El mercado todavía espera que la Reserva Federal baje las tasas en diciembre para salvar la situación, pero en Japón ya se ha puesto en marcha el tren de la contracción, no hay tiempo ni para frenar. La ola de desapalancamiento global se está gestando, y el mercado de criptomonedas siempre es la primera ficha en caer.
¿La liquidación del gran jugador? En otras palabras, es el adelanto del evento.
¿A quién le tocará la próxima liquidación? ¿A los grandes inversores? ¿A los mineros? ¿O a esos "dioses" que juegan con alto apalancamiento?