Cuando la mano del poder se extiende hacia la máquina de imprimir dinero del Banco Central: una apuesta sin ganadores comienza oficialmente.
La frase de Trump "El candidato a presidente de la Reserva Federal ya ha sido decidido" cayó como una bomba, dividiendo al mercado global en dos campamentos: un grupo aplaude que esto es el amanecer que pone fin a la "cuchilla de aumentos de tasas" de Powell, mientras que el otro grupo grita que esto es un desafío abierto a la independencia del Banco Central—pero, independientemente de quién tenga razón, los que siempre pagamos somos nosotros, los inversores.
¿Hasta qué punto es absurda la situación actual? El Banco Central de Japón está utilizando el "garrote de liquidez" de las subidas de tipos para apretar el cuello de los fondos de arbitraje global, mientras que aquí en Estados Unidos, el máximo poder toma medidas directas contra el personal del banco central. Si Trump coloca a un "demonio de las bajadas de tipos", es posible que el mercado de valores estadounidense vuele gracias a la fantasía de la flexibilización a corto plazo, pero una vez que se debilite la base del crédito del dólar, esta fiesta terminará convirtiéndose en un "baile en el Titanic"; si el candidato de repente adopta una postura más hawkish, los activos de riesgo, que ya se tambalean, caerán directamente en la doble trituradora de "liquidez + restricción".
Guía de supervivencia ante el colapso: hacerlo al revés es el camino correcto
Las estrategias poco atractivas a menudo son las más efectivas, especialmente en este tipo de clima.
**Primera estrategia, no te apresures a comprar en el suelo, primero apuesta por el "desajuste de expectativas"**: Una vez que el candidato de Trump se haga público, opera inmediatamente en contra del consenso del mercado: los activos refugio (oro, bonos del Tesoro) que todos están comprando locamente podrían caer drásticamente debido a un giro abrupto en la política, mientras que aquellas acciones tecnológicas de alta volatilidad y activos criptográficos que han sido pisoteados podrían, quizás, tener un resurgimiento gracias a la "reducción de tasas para sobrevivir".
**Segunda estrategia, usar el caos para cubrir el caos**: No pierdas tiempo adivinando la dirección del mercado, ve directamente a las "herramientas de volatilidad": cuanto más desgarrado esté el mercado, más loca será la volatilidad, y los rendimientos de este tipo de productos serán mucho más estables, mil veces más seguros que apostar por un solo activo.
**Tercera estrategia, deshacerse de la retórica del "inversionismo a largo plazo"**: En un mercado en auge, cualquier "inversión de valor" es una trampa, el periodo de tenencia se reduce a menos de 24 horas, el dinero que se gana es el rápido resultado de la emoción política, no el dinero lento del activo en sí.
Este juego de poder y capital que se muerden mutuamente nunca tiene una respuesta estándar: la única forma de sobrevivir es no esperar predecir el consenso, sino abrazar la ruptura en sí misma.
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Cuando la mano del poder se extiende hacia la máquina de imprimir dinero del Banco Central: una apuesta sin ganadores comienza oficialmente.
La frase de Trump "El candidato a presidente de la Reserva Federal ya ha sido decidido" cayó como una bomba, dividiendo al mercado global en dos campamentos: un grupo aplaude que esto es el amanecer que pone fin a la "cuchilla de aumentos de tasas" de Powell, mientras que el otro grupo grita que esto es un desafío abierto a la independencia del Banco Central—pero, independientemente de quién tenga razón, los que siempre pagamos somos nosotros, los inversores.
¿Hasta qué punto es absurda la situación actual? El Banco Central de Japón está utilizando el "garrote de liquidez" de las subidas de tipos para apretar el cuello de los fondos de arbitraje global, mientras que aquí en Estados Unidos, el máximo poder toma medidas directas contra el personal del banco central. Si Trump coloca a un "demonio de las bajadas de tipos", es posible que el mercado de valores estadounidense vuele gracias a la fantasía de la flexibilización a corto plazo, pero una vez que se debilite la base del crédito del dólar, esta fiesta terminará convirtiéndose en un "baile en el Titanic"; si el candidato de repente adopta una postura más hawkish, los activos de riesgo, que ya se tambalean, caerán directamente en la doble trituradora de "liquidez + restricción".
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**Primera estrategia, no te apresures a comprar en el suelo, primero apuesta por el "desajuste de expectativas"**: Una vez que el candidato de Trump se haga público, opera inmediatamente en contra del consenso del mercado: los activos refugio (oro, bonos del Tesoro) que todos están comprando locamente podrían caer drásticamente debido a un giro abrupto en la política, mientras que aquellas acciones tecnológicas de alta volatilidad y activos criptográficos que han sido pisoteados podrían, quizás, tener un resurgimiento gracias a la "reducción de tasas para sobrevivir".
**Segunda estrategia, usar el caos para cubrir el caos**: No pierdas tiempo adivinando la dirección del mercado, ve directamente a las "herramientas de volatilidad": cuanto más desgarrado esté el mercado, más loca será la volatilidad, y los rendimientos de este tipo de productos serán mucho más estables, mil veces más seguros que apostar por un solo activo.
**Tercera estrategia, deshacerse de la retórica del "inversionismo a largo plazo"**: En un mercado en auge, cualquier "inversión de valor" es una trampa, el periodo de tenencia se reduce a menos de 24 horas, el dinero que se gana es el rápido resultado de la emoción política, no el dinero lento del activo en sí.
Este juego de poder y capital que se muerden mutuamente nunca tiene una respuesta estándar: la única forma de sobrevivir es no esperar predecir el consenso, sino abrazar la ruptura en sí misma.